Los atardeceres, como la niñez, son vistos con asombro, no solo porque son hermosos, sino porque son fugaces. — Richard Paul Evans
Los atardeceres, como la niñez, son vistos con asombro, no solo porque son hermosos, sino porque son fugaces.
Interpretacion
La frase compara la maravilla ante los atardeceres con la mirada hacia la infancia. Señala que la admiración nace tanto de la belleza como de su brevedad. Invita a valorar momentos pasajeros por su singularidad. Implica una reflexión sobre el tiempo y la pérdida.
Temas
atardeceres niñez belleza fugacidad asombro tiempo nostalgia
Te pueden interesar también