Piensa en grande desde el corazón, no desde el ego.
El ego es solo una ilusión, pero muy influyente. Permitir que la ilusión del ego se convierta en tu identidad puede evitar que conozcas tu verdadero yo.
Lo bueno de los egoístas es que no hablan de otras personas.
Los grandes egos tienen orejas pequeñas.
El ego es el gran enemigo. El ego te detendrá cada vez.