Siempre que enseñes, enseña a la vez a dudar de lo que enseñas.
Tras la lucha que rinde y la incertidumbre amarga del viajero que errante no sabe dónde dormirá mañana, en sus lares primitivos halla un breve descanso mi alma.
La vida es duda, y la fe sin la duda es sólo muerte.
La incertidumbre es una margarita cuyos pétalos no se terminan jamás de deshojar.
¡Buena almohada la duda para una cabeza bien equilibrada!