Frases Personas Buenas

Una persona verdaderamente buena dirá la verdad, actuará con la verdad y defenderá la verdad. Una persona verdaderamente buena no tiene miedo de pensar desde el corazón.

Haz tu poquito de bien donde estés.

En definitiva, las personas buenas hacen que el mundo sea un lugar mejor simplemente mostrando amabilidad hacia los demás. Por ello, siempre es importante recordarles lo afortunados que somos por tenerlas en nuestras vidas y buscar inspiración en sus palabras y acciones para seguir siendo mejores personas cada día.

Una buena indignación saca a relucir todos los poderes.

Sé que mi alma es hermosa; Sé que soy una buena persona. Y eso nunca cambiará para mí.

Si todo el mundo fuera una buena persona, obviamente sería un mundo mejor.

Tal vez no haya una única manera correcta de ser una buena persona, y tal vez no haya una junta asesora que apruebe quién merece y quién no merece insignias.

La mayoría de las personas buenas no son buenas personas todos los días.

Creer que eres una buena persona y realmente serlo son dos cosas completamente diferentes.

Para mí, la vida se trata de experimentar y ser una buena persona.

No creo en dogmas y teologías. Solo creo en ser una buena persona.

No podemos llegar a ser buenos esforzándonos por serlo sino encontrando la bondad que mora en nosotros para dejarla salir.

He descubierto que la bondad lo es todo en la vida.

Preferiría cometer errores en la bondad y la compasión que en hacer milagros con crueldad y dureza.

Un gesto amable puede alcanzar una herida que solo la compasión puede curar.

Más sonriente, menos preocupante. Más compasión, menos juicio. Más bendecido, menos estresado. Más amor menos odio.

¿Sabes lo que la gente realmente quiere? Todos quiero decir. Todos en el mundo están pensando: ojalá hubiera otra persona con la que realmente pudiera hablar, que realmente pudiera entenderme, que fuera amable conmigo. Eso es lo que la gente realmente quiere.

Cuando tratamos a las personas tal como son, ellas permanecerán como son. Cuando las tratamos como si fueran lo que deberían ser, ellas se convertirán en lo que deberían ser.

Cuando hagas algo noble y hermoso y nadie se dé cuenta, no estés triste. El amanecer es un espectáculo hermoso y sin embargo la mayor parte de la audiencia duerme todavía.

No tengo idea de qué me espera o qué ocurrirá cuando todo esto termine. Por el momento se esto: hay gente enferma y necesito curarlas.

No os contentéis con demostrar amistad sólo con palabras; dejad que vuestro corazón se encienda con amorosa bondad hacia todos los que se crucen en vuestro camino.

El más pequeño acto de bondad vale más que la mayor intención.

No puedes obligarte a ti mismo a sentir algo que no sientes, pero si puedes obligarte a hacer el bien, a pesar de lo que sientes.

No existe mejor ejercicio para el corazón que inclinarse y ayudar a las personas a levantarse.

No hay forma de lograr la bondad sin ofrecerla primero.

No hay un pequeño acto de amabilidad. Cada acto compasivo hace grande al mundo.

El sol no espera a que se le suplique para derramar su luz y su calor. Imítalo y haz todo el bien que puedas sin esperar a que se te implore.

No conozco ningún otro signo de superioridad que la bondad.

Cuando damos alegremente y aceptamos con gratitud, todos somos bendecidos.

Querer llegar a ser bueno es gran parte de la bondad.

Las almas bellas son las únicas que saben todo lo que hay de grande en la bondad.

Es una certeza humana absoluta que nadie puede conocer su propia belleza o percibir un sentido de su propio valor hasta que se le haya reflejado en el espejo de otro ser humano amoroso y afectuoso.

La bondad no es un negocio. La verdadera bondad no espera nada a cambio y nunca debe actuar con condiciones.

Todo acto de bondad es una demostración de poderío.

La recompensa de una buena acción es haberla hecho.

Talla tu nombre en los corazones, no en las lápidas. Un legado está grabado en las mentes de los demás y en las historias que comparten sobre ti.

Buscando el bien de nuestros semejantes, encontramos el nuestro.

No siento necesidad de otra fe que no sea mi fe en la bondad de los seres humanos. Estoy tan absorto en lo maravilloso que es la tierra y en la vida en ella que no puedo pensar en ni el cielo ni en los ángeles.

La gente buena, si se piensa un poco en ello, ha sido siempre gente alegre.

Solamente haciendo el bien se puede realmente ser feliz.

Nuestra bondad puede ser el argumento más persuasivo a favor de aquello en lo que creemos.