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Frases de Dulzura

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  • Personalízalo y pon todo patas arriba. Dale tiempo ¿Puede resistir su efecto endurecedor, ¿Que no cede al uso? ¿Cuántos encuentran que la amargura que antes temían se ha convertido, desafortunadamente, en dulzura solo por el uso?




  • La dulzura no es en sí misma dañina, simplemente comemos sólo el tipo de dulzura más dañina.




  • La dulzura elimina la gravedad y, por lo tanto, un hombre con una gran carga de vida comienza a sentirse como flotando en el aire ante la dulzura.




  • Es tan difícil olvidar el dolor, pero es aún más difícil recordar la dulzura. No tenemos ninguna cicatriz que mostrar por la felicidad. Aprendemos tan poco de la paz.




  • La vida tiene dulzura, una belleza y un poder que quería celebrar.




  • La dulzura del sabor de la verdad.




  • La música está hecha particular y principalmente para encantar el espíritu y el oído, y para permitirnos pasar la vida con un poco de dulzura en medio de toda la amargura que aquí encontramos.




  • No volvería a ser joven aunque fuera posible, pero no voy a fingir que envejecer es todo dulzura y luz.




  • Lo que personalmente me atrae tiende a ser fantasía, medio oscuro, no demasiado oscuro, cuentos de hadas y ciencia ficción. El stop-motion toma algo en la página que es realmente oscuro y le agrega un poco de dulzura, un reino de juguetes vivientes.




  • El amor por aprender, los rincones apartados y toda la dulce serenidad de los libros.




  • Es muy duro olvidar el dolor, pero es más duro todavía recordar la dulzura. La felicidad no nos deja cicatrices. Apenas aprendemos nada de la paz.




  • No te calles por mi culpa, Kvothe -dijo con dulzura-. Echaría de menos el sonido de tu voz.




  • Una mano invisible acaricia calladamente la pulpa triste de los mundos rodantes. Alguien, a quien no comprendo, me macera el corazón de dulzura.




  • No hay mejor profesor que el error, ni más dulzura que el que sufre y luego cura su dolor.




  • Asistan con gran puntualidad a la hora marcada a sus respectivas clases. Y en estas ármense de gran dulzura y paciencia.




  • No hay palabras para expresar la dulzura de sentir que existe todo un mundo del que el Yo se halla totalmente ausente.




  • Por primera vez descubrí la dulzura de ser yo mismo, sin estar deformado por el dolor o el miedo.




  • Cuando el amor es feliz lleva al alma a la dulzura y a la bondad.




  • Sostengo, pues, que los mortales que no conocen el himeneo ni las dulzuras de la paternidad, son más felices que los que tienen hijos.




  • La amistad es una cantina a cuenta de dulzura sobre los rigores de la vida.




  • El placer de amar sin osar confesarlo tiene sus penas, pero también sus dulzuras.




  • El hombre que no conoce el dolor no conoce ni la ternura de la humanidad ni la dulzura de la conmiseración.




  • Inexpresable y sin nombre es aquello que constituye el tormento y la dulzura de mi alma, y que es incluso el hambre de mis entrañas.




  • La dulzura, cuando es sincera, es una fuerza invencible.




  • Hay en la azafata la nostalgia de quien va a morir pronto. Fíjense en cómo ve las cosas con la dulzura de una última mirada.




  • A las mujeres hay que conquistarlas con dulzura, pero no con mucha dulzura, porque engordan.




  • En las amarguras desearéis la dulzura, y en la guerra, la paz.




  • María, cuya dulzura es igual a su poder, y cuyo poder no conoce límites, es nuestra Madre.




  • ¿La dulzura del pasado? El recordarlo, puesto que recordarlo es hacerlo presente y no lo es ni ya lo puede ser —el absurdo, mi amor, el absurdo.




  • Si salís con pensamientos de caridad, de dulzura y de paz, valdréis más que todos nosotros. Mientras.




  • Me ofrece una sonrisa de una dulzura tan genuina, con el toque justo de timidez, que hace que me sienta muy cerca de él.




  • Hay que domar a la vida por la dulzura.




  • El loco maestro toca, con una dulzura loca.




  • La violencia es justa donde la dulzura falla.




  • Si quieres hallar en cualquier parte amistad, dulzura y poesía, llévalas contigo.




  • Hay que instruir a la juventud riendo, reprender sus defectos con dulzura y no atemorizarla con el nombre de la virtud.