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Frases sobre el Abandono de Dios

Las frases sobre el abandono de Dios pueden ser una fuente de confort y aliento para aquellos que están pasando por situaciones difíciles. Y es que a veces, no entendemos la razón por la que Dios nos ha abandonado en los momentos más duros de nuestra vida. Es común sentir una profunda soledad cuando creemos que Dios ha decidido apartarse de nosotros.

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  • Haz de mí lo que quieras, como quieras, cuando quieras... porque te amo.




  • Abandonar puede tener justificación; abandonarse no la tiene jamás.


  • Las frases sobre el abandono de Dios son algo común entre los creyentes y aquellos que buscan respuestas en la religión. A veces, estas frases son usadas para expresar la tristeza y el dolor que sentimos cuando nos sentimos abandonados por Dios. Esta sensación puede ser devastadora, especialmente si nos sentimos como si no hubiera nadie a quien recurrir. Cuando nos sentimos así, podemos encontrar consuelo en las palabras de otros que también han pasado por la misma situación.



  • Quien se ha abandonado, ha de creer que se halla en las manos del Padre; eso le basta.




  • El abandono exige una progresiva entrega interior a Dios y a los hermanos.




  • Darse totalmente a Dios no puede realizarse más que en la oscuridad total.




  • El abandono es el fruto delicioso del amor.




  • El único camino es la espera en los brazos de Dios.




  • Ponga toda su confianza sólo en Dios.




  • Hagas lo que hagas de mí, te doy gracias porque te amo.




  • No se obra de todo para Dios sino cuando ya no se hace absolutamente nada para uno mismo.




  • No desear, no buscar, no pedir..., solamente amar a Dios y entregarse en sus manos como un niño pequeño.




  • Qué dulce es el camino del amor! ¡Cómo deseo guiarme con el más absoluto abandono a cumplir la voluntad de Dios!




  • Cuando se ha comprendido que Dios nos ama, sólo queda una cosa que hacer: ofrecerse al amor para que él haga de nosotros lo que quiera.




  • Señor, cuando Tú quieras, como Tú quieras, lo que Tú quieras; eso es lo único que queremos y deseamos.




  • Jesús desea que pongamos toda nuestra confianza en Él. Yo le pido que haga de mí una santa, dejando en sus manos la elección de los medios que pueden llevarme a ella.




  • Mi camino es todo de confianza y de amor… Veo que basta reconocer la propia nada y abandonarse como un niño en los brazos de Dios.




  • Me he dado cuenta de que lo que yo desee no tiene valor a los ojos de Dios, y que lo mejor es ponerse en sus manos, y nada más.




  • Dios mismo se encarga de orientar la vida espiritual de aquellos que se le entregan con gran amor y simplicidad.




  • El único camino que conduce a esa hoguera divina (el amor) es el abandono del niñito que se duerme sin miedo en brazos de su padre.




  • Es mejor no buscar nada, pues el Señor nos va dando a medida de nuestra necesidad los manjares que Él ve convenientes.




  • Y buscar la paz en la amistad de Aquel que aunque todo el mundo nos abandone no nos abandonará.




  • Al comienzo de la vida espiritual, se intenta sobre todo amar a Dios, al término se comprende que basta dejarse amar por él.




  • El abandono es un camino de fe. La fe ha de ser la única luz del camino.




  • Es una felicidad el estar colgados de la providencia del Señor y ver con qué delicadísimo amor lo prepara Él todo.




  • La fidelidad a la oración y la caridad fraterna serán para nosotros señales de discernimiento para comprobar la autenticidad del abandono.




  • Sin Él nada podemos, pero con Él, todo.




  • Quien desea vivir el abandono tiene que abrir su vida a una total y progresiva desapropiación de sí mismo. Se trata de la pobreza de alma... que se vive queriendo ser pobre e intentando serlo en todo.




  • Dios mío, te ofrezco mi corazón; tómalo si quieres, para que ninguna criatura pueda adueñarse de él, sino sólo tú, mi buen Jesús.




  • Que pequeño es todo lo de esta vida; lo único que importa es que dejemos que se cumpla en nosotros plenamente la santa voluntad de nuestro Dios!




  • Jesús no pide grandes hazañas, sino únicamente abandono y gratitud.




  • Oración de petición en un perfecto abandono: Dígnate, Señor, aliviar la carga o aumentar mis fuerzas; alejar la tentación o concederme la gracia de vencerla.




  • Si se abandona del todo, el Señor va a llevar a cabo en este abismo de miseria la obra de su amor.




  • Hasta que no tengamos un perfecto abandono en manos de Dios, no habremos hecho nada.




  • No quiero sino confiar a ciegas y esperar contra toda esperanza, sin ocuparme de mí.




  • Yo por mí soy nada, verdadera nada; cuanto hay en mí de ser es divino, de Dios cuanto de ser tengo. Y abandonado de Dios sentiré mi propia nada, y esta eterna visión de mi nada sería eterno tormento, muerte eterna.




  • El abandono es un camino de cruz y amor.