Frases de Caricias

Acaríciala como un capullo, florecerá como una flor.

Esa hermosa voz que hacía que todo lo que decía sonara como una caricia.

Suave, hábilmente, la música te acariciará. Escúchala, siéntela, te posee en secreto.

El viento acaricia como un amante; por ahora, fingiré que eres tú.

Cada caricia dejaba mis terminaciones nerviosas sintiéndose tan hormigueantes como si acabaran de ser besadas por una estrella fugaz, aterrizando en mi piel y dejándola tan brillante como una galaxia recién formada.

Mientras las luces cegadoras del cielo en una marcha lenta se acercan, para acariciar la tierra para despertarla, a mí también me gustaría ser parte del legado deseándote.

Palabra por palabra me acaricia con sus palabras, mientras acaricio su cabeza debajo de mi barbilla.

Todas las noches vacío mi corazón, pero por la mañana está lleno de nuevo, lentas gotas tuyas se filtran a través de la suave caricia de la noche.

La más leve caricia de su aliento contra mi cuello envía escalofríos a través de mi cuerpo.

Es en los momentos que soy vulnerable, donde las caricias de mis padres se convierten en mi fuerza.

Uno le da un beso a su copa y el vino te devuelve una caricia.

La forma en que dice mi nombre así, no es solo una palabra o un nombre, es una caricia.

Ojalá pudiera contar la historia de tu belleza mientras mis manos ásperas acarician tu rostro.

Dios perdona no con un decreto sino con una caricia. Jesús también va más allá de la ley y perdona acariciando las heridas de nuestros pecados.

La caricia de tu mirada en mi alma es en sí misma, un elixir por el que morir.

Abrázame fuerte, acaricia mi alma. Toca mi corazón, aunque sea para destrozarlo.

El fuego puede calentar o consumir, el agua puede apagar o ahogar, el viento puede acariciar o cortar. Y lo mismo ocurre con las relaciones humanas: podemos crear y destruir, nutrir y aterrorizar, traumatizar y curarnos unos a otros.

Que mis pensamientos de bondad se extiendan como una cálida manta para envolver tu ser y acariciar tu alma.

Abre las puertas de tu corazón y vendrán, y por cada flecha cruel, dulces caricias del delirio también para nutrir tu alma.

En un rincón te condensas y lloras, en el mismo rincón te acaricias y besas. La vida es esto, algo diferente cada vez.

Dios ha creado al gato para darle al hombre el placer de acariciar al tigre.

Es casi imposible resistir la caricia de las lágrimas en tu rostro.

Por duras que fueran sus palabras, su voz parecía acariciar mi nombre.

El ceremonial de las caricias es en gran parte convencional, mientras que la espontaneidad de las bofetadas es sinceridad.

Una bomba hace más ruido que una caricia, pero por cada bomba que destruye, hay millones de caricias que alimentan la vida.

Ni tren ni avión, ni GPS, solo las caricias humanas te llevan a la dirección de la felicidad.

La gente que reza está receptiva ante el mundo, ya no agarra sino acaricia, ya no muerde sino besa, ya no examina sino admira.

A uno le gustaría acariciar a los seres humanos, pero no se atreve a hacerlo, porque muerden.

El consuelo en ti, acarició todas mis faltas.

Y en sus ojos tenía la mirada del gato que inspira ganas de acariciar pero no ama a nadie, que nunca siente que debe responder a los impulsos que despierta.

Las constelaciones de pensamiento conectadas a las energías universales entre nosotros resuenan como un zumbido familiar que vibra suavemente para acariciar mi alma.

Acariciada por todos y acariciada por nadie. Amada imprudentemente y sin amor por nadie; Feliz de todos y felicidad de nadie. Dime, ¿eres digno de divertirte?

Una caricia es mejor que una carrera.

La oscuridad era algo hermoso, el beso de una sombra, una caricia tan suave como la luz de la luna.

La caricia compartida crea milagros, incluso puede generar lluvia.

El viento en el grano es la caricia de la esposa; es la mano de la paz acariciando su cabello.

Las caricias, expresiones de un tipo u otro, son necesarias como las hojas para la vida de un árbol.

Tenemos hambre de ternura, en un mundo donde todo abunda somos pobres de este sentimiento que es una caricia para nuestro corazón.

Las manos quieren ver, los ojos quieren acariciar.

Un artista debe acariciar activamente el asombro: porque la fascinación, como el deseo de jugar, puede ser erradicada por los rigores de la vida.