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Frases de Presunción

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  • Aquellos que nunca se retractan de sus opiniones se aman a ellos mismos más que a la verdad.




  • No somos arrogantes, simplemente creemos que somos la mejor banda del mundo.




  • Loco es el que se tiene por cuerdo y cree que los necios no son de su condición.




  • Las palabras presuntuosas no admiten defensa, porque la falta de modestia es también falta de sentido.




  • Cosa corriente es que vanidosos y presuntuosos finjan poseer lo que desean.




  • La primera misión del filósofo es despojarse de todo engreímiento. Pues es imposible que un hombre aprenda lo que cree que ya sabe.




  • Y aunque lográramos éxitos inmensos en nuestro trabajo, no tendríamos ningún fundamento para volvernos engreídos y presuntuosos.




  • La diferencia entre Ayrton Senna y yo es que yo creo en Dios y él se cree Dios.




  • Nunca el hombre es tan ridículo por las cualidades que tiene, como por aquellas que cree tener.




  • Los seres humanos ni siquiera se conocen a sí mismos, lo único que sabemos es que el ser humano es distinto a los perros y a los gatos, y tienden a pensar que lo conocen todo.




  • Sobredimensionar lo obtenido no es lo conveniente.




  • Nada hay tan vacío como un cerebro lleno de sí mismo.




  • España está en una grave crisis por culpa de tanta ignorancia y pedantería.




  • Yo tengo mucho cuidado con los pensamientos de orgullo propio porque conozco a tantos idiotas que se creen los reyes del corso que quién me asegura a mí que no soy uno más de ellos.




  • Llegar a estar contento de ti mismo es un gran peligro.




  • El español siempre lo sabe todo. Y si de algo no sabe nada, dice: de esto hablaremos más adelante.




  • Saberse genio es síntoma de idiocia.




  • Aquel que confía demasiado en los demás, es engañado fácilmente; pero sobre todo lo es el que confía en sí mismo y en sus fuerzas.




  • Los que ardan en palacio se fían tanto de su propia astucia que olvidan la de los demás.




  • Las personas dichosas tienen un defecto de que nunca se corrigen, y es, el de creer que los desgraciados lo son por culpa suya.




  • Un pedante es un hombre educado más allá de las posibilidades de su inteligencia.




  • No hay escritorcillo, por fútil y mínimo que sea, que no imagine ser y valer alguna cosa.




  • Si querer entender de todoes ridícula presunción,servir sólo para una cosasuele ser falta no menor.




  • Las afrentas que van derechas contra la hermosura y presunción de las mujeres, despiertan en ellas en gran manera la ira y encienden el deseo de venganza.




  • El hombre airado siempre cree poder hacer más de lo que en realidad puede.




  • Decir a uno que es presuntuoso, es llamarle loco por muy buen estilo.




  • La juventud, embriagada por las propias esperanzas, cree estar ya en posesión de aquello mismo que pretende; todo el producto de su imaginación se le antoja realidad.




  • No ambicionéis ser alzados antes de ser altos.




  • No basta tener razón; mantenerla de una manera brusca y altanera, es deshonrarla y echarla a perder.




  • Nuestras facultades son tan limitadas, que siempre creemos tener razón.




  • Es una gran locura pretender ser el único razonable.




  • Sólo cree saber bastante el que no sabe nada.




  • Es tan necia presunción perdonar la vida a los hombres como el corazón a las mujeres.




  • ¡Es el mundo! Cada cual piensa que está por encima de su vecino.




  • Quien se detiene en el camino de la virtud, ya ha retrocedido sin darse cuenta de ello.




  • En la más noble lengua la propia alabanza es vil.




  • El insensato que reconoce su insensatez es un sabio. Pero un insensato que se cree sabio es, en verdad, un insensato




  • La formulación de ideasfamiliares en un lenguaje pretencioso se toma como un signo de escasa inteligencia y baja credibilidad.




  • No me gustan los hombres que no tienen alguna debilidad, desconfío de ellos. Creo que en cualquier momento pueden explotar, derrumbarse al haberse creído siempre por encima de los demás.




  • Era gratitud; gratitud no sólo por haberla amado, sino por amarla todavía lo bastante para olvidar toda la petulancia.