Frases de Hambre
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Mi conturbado espíritu se regocija con la visión de un porvenir en que no habrá un sólo hombre que diga tengo hambre, en que no haya quien diga no sé lee, en que en la tierra no se oiga más el chirrido de cadenas y cerrojos.
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Para quien se está muriendo de hambre la realidad no es huidiza es algo que está allí. Se puede filosofar mucho acerca de la realidad, de si lo que vemos es lo que es y todo eso, pero hay que reflexionar sobre los hechos que tienen que ver con la situación del mundo.
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Por hambre yo entiendo esa falta espantosa de todo el ser, ese vacío atenazador, esa aspiración no tanto a la utópica plenitud como a la simple realidad: allí donde no hay nada, imploro que exista algo.
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El hambre es una fuerza poderosa. Y cuando ya no se tiene nada que perder, los hombres se vuelven irracionales y están dispuestos a lo que sea con tal de sobrevivir.
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Hambrientamente lucho yo, con todas mis brechas, cicatrices y heridas, señales y recuerdos del hambre, contra tantas barrigas satisfechas: cerdos con un origen peor que el de los cerdos.
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El primero que procuró a los pobres el arte y medios de alimentarse, hizo miserables a muchos; más sencillo hubiera sido que aquél, a quien la vida es difícil, se hubiera muerto prontamente.
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No hay cosa más inoportuna que el maldito estómago que nos incita por fuerza a acordarnos de él, y aun al que está muy afligido y con un gran pesar en las mientes, como yo ahora tengo el mío, lo fuerza a comer y beber. También a mí me hace olvidar todos los males, que he padecido; y me ordena llenarlo.
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El mago hizo un gesto y desaparecio el hambre, hizo otro gesto y desaparecio la injusticia, hizo otro gesto y se acabo la guerra. El politico hizo un gesto y desaparecio el mago.
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Un pueblo hambriento no atiende razones, ni se pacifica con la justicia, ni se doblega ante ninguna súplica.
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El hambre es una maldición que acecha cada día y el estómago es un abismo sin fondo, un agujero tan grande como el mundo.
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Los verdaderos pobres que merecen compasión y socorro, sólo son los que por motivo de edad o de salud se encuentran imposibilitados para ganar el pan con el sudor de su rostro. Todos los demás están obligados a trabajar de una o de otra manera, y si no trabajan y tienen hambre, es por culpa suya.