Frases Góticas

Lo que ves en mí es lo que no ves… y lo que no es lo que soy.

Soy adicto al veneno de tu desamor, a la frialdad de tu mirada y a la indiferencia de tus palabras.

No sé si el destino existe, pero sí sé que el amor es una maldición que llega a nosotros y nos mata en vida.

Vamos, toma mi mano. Te guiaré por el camino de la perdición, de donde puede que nunca regreses… el camino de la desolación. Sí, ven y muere conmigo.

Temer al amor es temer a la vida, y los que temen a la vida ya están muertos.

Algunos lo llaman amor, yo lo llamo infierno.

El placer más grande de la vida es hacer lo que la gente dice que no puedes hacer.

Después de la primera muerte, no existe otra.

Si estuviera muerto, no estaría triste ni estaría alegre, porque no existiría.

Si no luchas por lo que quieres, no llores por lo que perdiste.

Cuando se es amado, no se duda nada. Cuando se ama, se duda de todo.

Todo lo que vemos o parece ser, es sino un sueño dentro de un sueño.

Todos somos bastante bizarros. Algunos de nosotros somos simplemente mejores al esconderlo.

A veces, el silencio es lo mejor que no lastimar.

Preferiría pasar una noche muerto con Drácula, que vivo con mi esposo.

Sabes lo que sientes, pero finges que no sientes nada para intentar no sentir.

Morir como amantes implica morir juntos, así podrán vivir juntos.

Vivo, respiro, estoy viva. ¿Pero siento? Remordimiento, no sinfonía. Cuando uno perece, ¿por qué llorar?, no puedes traer de vuelta a los muertos.

La oscuridad de tu perversa melancolía me consume el alma.

Manejar el lenguaje habilidosamente es practicar un cierto tipo de hechicería evocativa.

Un error momentáneo puede llegar a ser un remordimiento eterno.

La muerte esta tan segura de su victoria que nos da toda una vida de ventaja.

El adiós más doloroso es aquel que se pronuncia con la boca, pero que nunca se acepta con el corazón.

Grítale al mundo lo todo lo que tengas que decir, no te doblegues ante los que no te entienden.

Algunos fantasmas son tan silenciosos que difícilmente detectas su presencia.

Procura que tus palabas sean mejores que tu silencio.

No confíes ni en tu sombra, ya que hasta ella te abandona cuando la oscuridad se cierna sobre ti.

Fingir que no duele, duele el doble.

Mi mundo es el infierno de los infieles. Mi sangre el placer de los inmortales.

Tengo más recuerdos que alguien que tuviera mil años de edad.