Frases de Voluntariado

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La vida es un muro, debes escalarlo empujando a otros para que suban y serás empujado también. Ayuda el día de hoy.
No has vivido hasta que hayas hecho algo por alguien que jamás pueda pagarte.
El que desea asegurar el bien de los demás, ya ha asegurado el bien propio.
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En cualquier oportunidad que tenemos de servir, debemos ofrecer con todo nuestro corazón.

Puedes juzgar fácilmente el carácter de un hombre por cómo trata a quienes no pueden hacer nada por él.
Cuando llegan tiempos difíciles, es particularmente importante compensarlos con mucha suavidad. Sé un apoyo.
Nada es tan fuerte como el corazón de un voluntario.
Nunca subestimes tu habilidad para mejorar la vida de alguien.
El esfuerzo desinteresado para llevar alegría a los demás será el comienzo de una vida más feliz para nosotros mismos.
La fuerza de la empatía humana que conduce hacia la acción colectiva es capaz de salvar vidas y de liberar a los prisioneros.
En lugar de enfocarte en ti mismo, concéntrate en cómo puedes ayudar a alguien más.

Defiende al desvalido. A veces, tener la fuerza para mostrar un apoyo amoroso hacia otros modifica cosas de nuestras propias vidas.
Lo más satisfactorio en la vida es haber sido capaz de dar una gran parte de uno mismo a los demás.
El alivio de la angustia de otros es el olvido de la propia.
Los voluntarios no reciben paga, no porque sean inservibles, sino porque son invaluables.
Los únicos que serán realmente felices son los que han encontrado cómo servir.

No requerimos de magia para cambiar el mundo. Ya llevamos toda la fuerza que necesitamos dentro de nosotros mismos: tenemos el poder de imaginarnos mejor.
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¿Qué aspecto tiene el amor? Tiene las manos para ayudar a otros. Tiene ojos para ver la miseria y la necesidad. Tiene oídos para oír los suspiros y las tristezas de los hombres.
El más pequeño acto de amabilidad vale más que la más grande intención.
Incluso si es una pequeña cosa, haz algo por quienes tienen necesidad de ayuda.
El mundo profesional de voluntarios sin fines de lucro es un laboratorio para la autorrealización.
La más urgente y persistente pregunta es, ¿Qué estás haciendo por los demás?
Las personas más felices no son los que más reciben, sino los que más dan.

El propósito de la vida no es ser feliz. Es ser útil, honorable, compasivo, para marcar una diferencia entre haber vivido y vivir bien.
Sentimos que lo que hacemos es solo una gota en el océano. Pero el océano sería menos a causa de esa gota.
Dios no puede estar en todas partes. Por eso creó filántropos, voluntarios y donantes.
Mi vida pertenece a toda la comunidad y mientras viva, es mi privilegio hacer cualquier cosa que pueda.
No hay nada que coseche más sentimiento de empoderamiento como el servicio a alguien necesitado.
Haz todo el bien que puedas, por todos los medios que puedas, de todas las maneras que puedas, en todos los lugares que puedas.
Sé agradable con las personas. Tal vez serás menospreciado, reprochado o ignorado, pero difunde el amor de todos modos. Nos enaltecemos levantando a los otros.
La manera más eficaz de hacerlo, es haciéndolo.
Cuando las cosas parecen oscuras, los voluntarios pueden esparcir luz.
Una persona puede marcar la diferencia.
Vivimos de lo que conseguimos, pero hacemos una vida de lo que damos.

La esencia de la vida es servir a los demás y hacer el bien.
Si cada americano donara cinco horas a la semana, equivaldría a la mano de obra de veinte millones de voluntarios a tiempo completo.
El dinero no es suficiente, puede ser obtenido. Ellos necesitan corazones que los amen. Difunde tu amor dondequiera que vayas.
Incluso si solo cambias una vida, has cambiado el mundo para siempre.
El sol jamás niega la luz que da; del mismo modo que nunca se te niega la caridad que concedes.