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Frases de Terencio

Frases de Terencio

Fue un autor de comedias durante la República romana.

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  • Sin riesgo no se hace nada grande y memorable.



  • Cuando no se puede lograr lo que se quiere, mejor cambiar de actitud.



  • Mala cosa es tener un lobo cogido por las orejas, pues no sabes cómo soltarlo ni cómo continuar aguantándolo.



  • Una mentira va pisándole los talones a otra.



  • Se equivoca profundamente quien crea que establece mejor la más duradera autoridad por la fuerza que por un pacto amistoso.



  • Mala cosa es tener cogido un lobo de las orejas, pues no sabes cómo soltarlo ni cómo continuar sosteniéndolo.



  • Es más acertado contener a los niños por honor y ternura, que por el temor y el castigo.



  • Cuando no se puede lo que se quiere, hay que querer lo que se puede.



  • Soy un hombre; nada de lo humano me es ajeno.



  • El servilismo produce amigos; la verdad, odio.



  • Exceso en nada. Esta norma la considero de la mayor utilidad en la vida.



  • Siempre la fortuna es propicia a los fuertes.



  • La fortuna ayuda a los valientes.



  • Arguye sabiduría el saber agradar cuando conviene.



  • Ningún hombre digno pedirá que se le agradezca aquello que nada le cuesta.



  • La vida del hombre es como un juego de dados: si no puedes hacerte con aquel que más te conviene, debes con astucia procurar sacar ventaja del que acaso te tocó.



  • He aquí una de las normas que considero de mayor utilidad en la vida: nunca exceso en nada.



  • La sabiduría consiste no sólo en ver lo que tienes ante ti, sino en prever lo que va a venir.



  • Cuando no se puede lo que se quiere, hay que querer lo que se puede.



  • Éste es el deber de los padres: acostumbrar a los hijos a obrar por propia voluntad y no impulsados por el temor.



  • En nuestros días son muy buscados aquellos hombres que saben hacer aparecer como bueno lo malo.



  • Considero que es mejor mantener a los hijos en el recto camino educándolos en el pudor y en la liberalidad que por medio del temor.



  • ¡Con que falta de equidad están ordenadas las cosas! ¡Que los que menos bienes poseen, tengan que acrecentar los de los más ricos!



  • Ya conocéis cómo son las mujeres : Un año para arreglarse y para peinarse.



  • La vejez, por si misma, es ya una enfermedad.



  • Cuantos son los hombres, tantos son sus pareceres; cada cual tiene su propia manera de pensar.



  • Sólo los cordiales merecen ser tratados con cordialidad.



  • No hay cosa tan fácil que no parezca dificilísima cuando se hace de mala gana.



  • Yo soy mi prójimo.



  • Cuando se puede evitar un mal es necedad aceptarlo.