Skip to main content

Frases Stendhal

Frases Stendhal

Fue un escritor francés. Valorado por su agudo análisis de la psicología de sus personajes y la concisión de su estilo, es considerado como uno de los primeros y más importantes representantes literarios del realismo.

47


  • Las mujeres demasiado bellas sorprenden menos el segundo día.



  • Llamamos bello a aquello que es elogiado por el periódico y que produce mucho dinero.



  • La diferencia de la infidelidad en los dos sexos es tan real que una mujer apasionada puede personar una infidelidad, cosa imposible para un hombre.



  • No hay más uniones eternamente legítimas que las que están regidas por una verdadera pasión.



  • Puede adquirirse todo en la sociedad, menos el carácter.



  • No hay más uniones legítimas que las que están gobernadas por una verdadera pasión.



  • Todas las religiones están basadas en el miedo de los muchos y la inteligencia de los pocos.



  • El enamorado celoso soporta mejor la enfermedad de su amante que su libertad.



  • Esta es la maldición de nuestra época, incluso las aberraciones más extrañas no son una cura para el aburrimiento.



  • Si eres necio, podrás dejarte engañar; si eres listo, deberás dejarte engañar: ya sabes la diferencia.



  • Prefiero caer de lo alto de una muralla, por elevada que sea, a pasarme la vida haciendo reflexiones sobre el gusto del pan que como.



  • El amor es la única mercancía que se paga con una moneda acuñada por él mismo.



  • En medio de los mezquinos intereses de dinero y de los pensamientos vulgares que llenan nuestra vida, los gestos inspirados por una verdadera pasión rara vez dejan de producir su efecto.



  • Para gozar íntimamente y para amar se necesita soledad, más para salir airoso se precisa vivir en el mundo.



  • El amor descubre matices invisibles para los ojos indiferentes y saca de ellos consecuencias infinitas.



  • Sin duda tú no estas acostumbrado más que a las caras risueñas, verdaderas máscaras de la mentira. La verdad es siempre austera...



  • El arte de amar se reduce a decir exactamente lo que el grado de embriaguez del momento requiera.



  • El amor es como la fiebre: nace y se extingue sin que la voluntad tome en ello la menor parte.



  • En un corazón apasionado, el amor es propenso a exagerar los matices más nimios y a sacar de ellos las consecuencias más ridículas.



  • Lo que hace tan agudo el dolor de los celos es que la vanidad no puede ayudar a soportarlo.



  • Un camino no deja de ser hermoso porque haya espinas en los setos que lo flanquean. El viajero sigue tranquilo su marcha, sin mirar ni tocar las espinas...



  • Muy a menudo, las lágrimas son la última sonrisa del amor.



  • Las personas que se han hecho para sufrir por ciertas cosas no pueden ser recordados de ellos sin un horror que paraliza cualquier otro placer, incluso que se encuentra en la lectura de un cuento.



  • Lo que es realmente hermoso siempre debe ser verdad.



  • Una mujer de cuarenta años de edad, es sólo algo que los hombres que han amado a ella en su juventud.



  • Un buen libro también es un evento de mi vida.



  • Cuanto más se agrada, generalmente menos profundamente se agrada.



  • Nada más fácil que agradar al pueblo, ni más difícil que agradarle durante largo tiempo: bien pronto una nueva idiotez destrona la antigua.



  • Los celos pueden constituir un modo nuevo de probar el amor, más pueden también ofender la dignidad de una mujer perfectamente delicada.



  • El don de agradar de una persona es tanto menos profundo cuanto más general.



  • Muy frecuentemente las lágrimas son la última sonrisa del amor.



  • La belleza no es más que la promesa de la dicha.



  • La mojigatería es una especie de avaricia, la peor de todas.



  • La amistad es una cantina a cuenta de dulzura sobre los rigores de la vida.



  • Vivir es sentir la vida; es tener sensaciones fuertes.



  • Las grandes almas pasan inadvertidas, se ocultan; generalmente, sólo dejan trascender un poco de originalidad. Hay más almas grandes de las que pudiera creerse.



  • Querer es tener el valor de luchar contra los obstáculos.



  • Querer, es tener el valor de exponerse a un inconveniente; exponerse así es tentar al acaso y es jugar.



  • Tener el carácter firme es tener una larga y sólida experiencia de los desengaños y desgracias de la vida.



  • La vulgaridad, matando la imaginación, produce súbitamente para mí el tedio mortal.