Frases de Sócrates

Sócrates fue un filósofo griego conocido por sus conceptos de ética e ironía. Uno de los pensadores más famosos de la antigua Grecia.

El secreto del cambio es enfocar toda tu energía en construir algo nuevo, no en luchar con lo viejo.
No se debe devolver la injusticia, ni hacer el mal a nadie en el mundo, sin importar lo que uno haya sufrido.
Cásate: si por casualidad das con una buena mujer, serás feliz; si no, te volverás filósofo, lo que siempre es útil para el hombre.
Comenzar un plan no es poco, y en ocasiones es mucho.
Emplee su tiempo cultivándose con los escritos de los demás, de este modo obtendrá fácilmente aquello para lo que otros han trabajado duramente.
Aquel que quiera cambiar el mundo debe empezar por cambiarse a sí mismo.
Si me hubiese pegado una coz un asno, ¿Le denunciaría?
Después de la tormenta, viene la lluvia.
Si yo me hubiera dedicado a la política. ¡oh atenienses!, hubiera perecido hace mucho tiempo y no hubiese hecho ningún bien ni a vosotros ni a mí mismo.
Habla para que yo te conozca.
¿No te parece, que es una vergüenza para el hombre, que le suceda lo que a los más irracionales de los animales?
El asombro es el principio de la sabiduría.
Lo que mejor sienta a la juventud es la modestia, el pudor, el amor a la templanza y la justicia. Tales son las virtudes que deben formar su carácter.
Cuando el hombre es hecho como igual, la mujer se convierte rápidamente en su superior.
La muerte debería ser la mayor de todas las bendiciones humanas.
La multitud, cuando ejerce su autoridad, es más cruel que los tiranos de Oriente.
No necesitar nada, es divino, y cuanto menos necesita un hombre, más se acerca a la divinidad.
Sea lento para entablar amistad; pero cuando estés dentro, continúe firme y constante.
Amigo mío … cuida tu psiquis … conócete a ti mismo, porque una vez que nos conocemos a nosotros mismos, podemos aprender a cuidarnos.
Las almas ruines sólo se dejan conquistar con presentes.
La mentira gana bazas, pero la verdad gana el juego.
Si alguien busca la salud, pregúntale si está dispuesto a evitar en el futuro las causas de la enfermedad; en caso contrario, abstente de ayudarle.
Para decir la verdad, poca elocuencia basta.
Estoy ya en trance de muerte, y ésta es la hora en que los hombres están dotados de visión profética.
El malo lo es por ignorancia, y por tanto se cura de ello con la sabiduría.
No hay nada más importante que conocerse a sí mismo.
La ingratitud es una enfermedad del alma.
Los imprevistos son parte de la vida y hay que aprender a aceptarlos.
No hay nada mas desastroso que el egoísmo.