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Frases de Simone Weil

Frases de Simone Weil

Fue una filósofa, activista política y mística francesa.

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  • La humildad es paciencia atenta.



  • La atención es la más extraña y más pura forma de generosidad



  • Estrellas y árboles frutales en flor. La completa permanencia y la extrema fragilidad proporcionan por igual el sentimiento de la eternidad.



  • La igualdad es una necesidad vital del alma humana. La misma cantidad de respeto y de atención se debe a todo ser humano, porque el respeto no tiene grados.



  • El deseo es un anhelo del pensamiento hacia el porvenir.



  • La destrucción del pasado es quizás el más grande de todos los delitos.



  • Una prueba de lo que es real es que es duro y áspero. Las alegrías se encuentran en ella, no por placer. Lo que es agradable pertenece a los sueños.



  • Nada puede tener como no sea su origen nada destino. La idea contraria, la idea de progreso, es un veneno.



  • Por difícil que es realmente escuchar a alguien en la aflicción, que es tan difícil para él saber que la compasión está escuchando.



  • No puede haber una verdadera grandeza en cualquier grado de sumisión, porque nace de la lealtad a las leyes y al juramento, y no de la bajeza de alma.



  • Lo que un país requiere es vital... intereses no son cosas que ayudan a su gente vive, pero las cosas que le ayudan a hacer la guerra.



  • Una nación que se precie está listo para cualquier cosa, incluida la guerra, a excepción de una renuncia a la opción de hacer la guerra.



  • La igualdad es el reconocimiento público, expresado en instituciones y costumbres, de que un grado de atención igualitario es merecido por todos los seres humanos.



  • Sólo el equilibrio deshace la fuerza.



  • Cuando la vida de un hombre es destruida o dañada por alguna herida o privación del alma o del cuerpo, que se debe a las acciones o a la negligencia de otros hombres, no es sólo su sensibilidad la que sufre, sino también su aspiración hacia el bien.



  • Cuando una contradicción es imposible de resolver excepto con una mentira, entonces sabemos que en realidad es una puerta.



  • Las contradicciones a las que se enfrenta la mente, son las únicas realidades, el criterio de lo real. No hay contradicción en lo imaginario. La contradicción es la prueba de la necesidad.



  • El verdadero genio no es más que la virtud sobrenatural de la humildad en el dominio del pensamiento.



  • La atención es la forma más rara y pura de generosidad.



  • El mayor éxtasis es la atención en su máxima expresión.



  • El veneno del escepticismo se convierte, como el alcoholismo, la tuberculosis y algunas otras enfermedades, mucho más virulento en un suelo hasta ahora virgen.



  • La igualdad es el reconocimiento público, expresado efectivamente en instituciones y costumbres, del principio de que se debe un grado igual de atención a las necesidades de todos los seres humanos.



  • Todo tipo de recompensa constituye una degradación de la energía.



  • Debemos preferir el infierno real a un paraíso imaginario.



  • La existencia humana es tan frágil y expuesta a peligros que no puedo evitar amar temblando.



  • Es una obligación eterna para con el ser humano no permitirle sufrir hambre cuando uno tiene la oportunidad de acudir en su ayuda.



  • El apego es el gran fabricante de ilusiones; la realidad solo puede ser alcanzada por alguien que está desapegado.



  • No hay desapego donde no hay dolor. Y no hay dolor soportado sin odio o mentira a menos que el desprendimiento también esté presente.



  • El humanismo y lo que del mismo se desprende no es un regreso a la antigüedad, sino un desarrollo de venenos anteriores al cristianismo.



  • El mal es ilimitado, pero no infinito. Sólo lo infinito limita lo ilimitado.



  • Todos los pecados son intentos de llenar vacíos.



  • La obediencia a un hombre cuya autoridad no está alumbrada con legitimidad es una pesadilla.



  • La imaginación y la ficción representan más de tres cuartas partes de nuestra vida real.



  • La parte más importante de enseñar es enseñar qué es saber.



  • ¿Por qué he de preocuparme? No es asunto mío pensar en mi. Asunto mío es pensar en Dios. Es cosa de Diospensar en mi.



  • Marx explica de forma admirable el mecanismo de la opresión capitalista; pero lo explica tan bien que cuesta imaginar cómo podría dejar de funcionar dicho mecanismo.



  • Para que tu mano derecha ignore lo que hace la izquierda, habrá que esconderla de la conciencia.