Frases de Resignación

No por mucho madrugar, te van a dar más de almorzar.

Ebrio o sediente, aspiro al sueño. Yo no quiero saber qué es bien o mal, adversidad o suerte... Reservo a una ventura un sitio reducido,seguro de que una desdicha ha de seguirla.

El cristianismo, como casi todas las supersticiones, hacía al hombre más débil y resignado y que no había que esperar una recompensa en el cielo, sino pelear por sus derechos en la tierra.

¿Qué tiene que ver el amor con esa religión? ¿Y qué es un hombre sin ella?¿Qué es un hogar sin esa luz y sin ese calor? ¡Cielosanto! ¡Yo me imagino una familia que jamás invoca el nombre de Dios! ¡Qué cárcel! ¡Qué lobreguez! Aquellos dolores sin consuelo; aquellas contrariedades sin la resignación cristiana; aquellos hijos creciendo sin mirar jamás hacia arriba; aquellos niños sin el culto a la Virgen; aquellos labios de rosa, mudos para la oración al Angel de la Guarda, ¿en qué se emplean?.. Y mañana, esos niños crecen, y como en su corazón no había semilla alguna, nada fructifica en ellos, y vienen las pasiones y las luchas, y la razón sola no alcanza a sobreponerse a los conflictos. Después llega el desaliento y el temor a los respetos humanos, que cada uno entiende a su manera, y, por último, la desesperación.

No hay tierra tan brava que resista el arado, ni hombre tan manso que quiera ser mandado.

Mi marido es tamborilero, Dios me lo dio y así lo quiero.

Me dijo que yo tendría que aceptarme a mí mismo, de los defectos y de todo, y que no podemos llegar a elegir nuestros defectos. Ellos son parte de nosotros y tenemos que vivir con ellos. Podemos, sin embargo, elegir a nuestros amigos y me alegro de haberte elegido a ti.

Al padre, si fuere bueno, sírvele, y si fuere malo, súfrele.

A falta de faisán, buenos son rábanos con pan.

Guarismo eres y no más, según donde te pongan, así valdrás.

Los sumisos, los mansos, los indiferentes, los sufridos, los resignados, son la masa, la muchedumbre que con su pasividad, su modorra y falta de carácter hace lento y doloroso el avance de las sociedades.

El tirano no es un producto de la generaciónespontánea: es el producto de la generación de los pueblos. Pueblo degradado, pueblo tiranizado. El mal, pues, está ahí, en la masa de los sufridos y los resignados, en el montón amorfo de los que están conformes con su suerte.

Será que la necedad parió conmigo, la necedad de lo que hoy resulta necio: la necedad de asumir al enemigo, la necedad de vivir sin tener precio.

A quien Dios se la dé, San Pedro se la bendiga.

Las mujeres son superiores a nosotros. Permitid, sí, esta rotunda afirmación en boca de un viejo que ha visto muchas de ellas. Son superiores a nosotros en la constancia, en el sacrificio, en la fe, en la resignación; mueren mejor que nosotros; son, en suma, superiores a nosotros en las cosas más importantes, en la ciencia práctica de laVida, que, como sabéis, es una carrera hacia la muerte.

¿A donde va? ¿A caso importa? ¿Creéis que a ella le importa estar flotando sobre 50.000 toneladas de acero que cada día reciben 28.000 olas? A veces más. ¿Es esto todo? ¿Matar el tiempo antes de que el tiempo te mate a ti? ¿Es esto todo? Olas y más olas. Nunca hay dos iguales.

Las naturalezas inferiores repugnan el merecido castigo; las medianas se resignan a él; las superiores lo invocan.

Se vive como se puede, y no como se quiere.

A falta de polla, pan y cebolla.

Miserable es el amor que puede ser remedio.

La cuestión social se resolvió en el mundo pagano generalmente por el infanticidio y la esclavitud; en el mundocristiano, por la resignación y la caridad.

Con mal o con bien, con los tuyos te atén.

Mal es sufrir, pero sufrirlo mal, es mayor mal.

Puedo aceptar el fracaso, pero no puedo aceptar no tratar.

No es libre el que se ríe de sus cadenas.

La sumisión y tolerancia no es el caminomoral, pero sí con frecuencia el más cómodo.

A los quince, los que quise, a los veinte, el que diga la gente, y a los treinta, el primero que se presenta.

La muerte aceptada con resignación no es ningún honor.

Nos consolamos frecuentemente pos debilidad de aquellos males de los que no pueden consolarnos los argumentos de la razón.

Es no sólo inútil sino locura no adaptarse a lo irrevocable con calma y serenidad.

Que cada cual siga su inclinación, pues las inclinaciones suelen ser rayas o vías trazadas por un dedo muy alto, y nadie, por mucho que sepa sabe más que el destino.

Un espíritu alegre es la mayor bendición de que un hombre es capaz en este mundo. Y si en este mundo tal felicidad surge del sometimiento de los propios deseos, en el otro vendrá de su cumplimiento.

Vivir fácilmente, pero sin frivolidad; ser alegre sin desenfreno, y valiente sin soberbia; tener confianza y gozosa resignación libre de orientales fatalismos: he ahí el arte de la vida.

Lo que no se puede evitar hay que llevarlo con paciencia.

Quien se encoge, nada coge.

Durará o no durará, pero lo que es hacerlo, hecho está.

Taña flauta, quien no puede arpa.

De perdidos, al río.

Desnudo nací, desnudo me hallo, ni pierdo ni gano.

Agua pasada, no (mueve / muele) molino.