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Frases de Miguel de Cervantes

Frases de Miguel de Cervantes

Fue un novelista, poeta, dramaturgo y soldado español. Está considerado la máxima figura de la literatura española

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  • Ninguna cosa quita o borra el amor más presto de la memoria que el desdén en los principios de su nacimiento.



  • Y nunca a los amantes aconsejes, cuando tienen por gloria sus cuidados; que es como quien predice a los herejes, en sus vanos errores obstinados.



  • Paréceme, Sancho, que no hay refrán que no sea verdadero, porque todos son sentencias sacadas de la misma experiencia, madre de las ciencias todas.



  • Soñar es el consuelo de las penurias para los que las padecen despiertos.



  • Los engaños, aunque sean honrosos y provechosos, tienen un no sé qué de traición cuando se dilatan y entretienen.



  • Aunque la traición aplace, el traidor aborrece.



  • No se coge una trucha con pantalones secos.



  • No se atrapa una trucha con pantalones secos.



  • No hay pecado tan grande, ni vicio tan apoderado que con el arrepentimiento no se borre o quite del todo.



  • El agradecimiento que sólo consiste en el deseo es cosa muerta, como es muerta la fe sin obras.



  • La pluma es la lengua del alma.



  • Cada uno es como Dios le hizo, y aún peor muchas veces.



  • Aún entre los demonios hay unos peores que otros, y entre muchos malos hombres suele haber alguno bueno.



  • ¿No sabes tú que no es valentía la temeridad?



  • Como no estás experimentado en las cosas del mundo, todas las cosas que tienen algo de dificultad te parecen imposibles.



  • El andar tierras y comunicar con diversas gentes hace a los hombres discretos.



  • El amor junta los cetros con los cayados; la grandeza con la bajeza; hace posible lo imposible; iguala diferentes estados y viene a ser poderoso como la muerte.



  • No desees y serás el hombre más rico del mundo.



  • El sueño es el alivio de las miserias para los que las sufren despiertos.



  • Me moriré de viejo y no acabaré de comprender al animal bípedo que llaman hombre, cada individuo es una variedad de su especie.



  • La ingratitud es hija de la soberbia.



  • Esta que llaman por ahí Fortuna es una mujer borracha y antojadiza, y sobre todo, ciega, y así no ve lo que hace, ni sabe a quien derriba.



  • Las tristezas no se hicieron para las bestias, sino para los hombres; pero si los hombres las sienten demasiado, se vuelven bestias.



  • La ingratitud es la hija del orgullo.



  • Sobre un buen cimiento se puede levantar un buen edificio, y el mejor cimiento y zanja del mundo es el dinero.



  • La historia es émula del tiempo, depósito de las acciones, testigo de lo pasado, ejemplo y aviso de lo presente, advertencia de lo por venir.



  • Yo creo que no hay refrán, pero lo que es cierto, sino que son otras tantas sentencias y máximas extraídas de la experiencia, la madre universal, de las ciencias.



  • No hay nada tan sujeta a la inconstancia de la fortuna como la guerra.



  • El que pierde la riqueza pierde mucho, y el que pierde un amigo pierde más, pero el que pierda su valor pierde todo.



  • La gratificación de la riqueza no se encuentra en la mera posesión o en los gastos de lujo, pero en su aplicación prudente.



  • ¡Oh, memoria, enemiga mortal de mi descanso!.



  • ¡Venturoso aquel a quien el cielo dio un pedazo de pan, sin que le quede obligación de agradecérselo a otro que al mismo cielo!



  • Andan el pesar y el placer tan apareados que es simple el triste que se desespera y el alegre que se confía.



  • El progreso consiste en el cambio.



  • Más vale el buen nombre que las muchas riquezas.



  • La senda de la virtud es muy estrecha y el camino del vicio, ancho y espacioso.



  • Amistades que son ciertas nadie las puede turbar.



  • Sea moderado tu sueño; que el que no madruga con el sol, no goza del día.



  • No hay mayor insensatez en el mundo que la desesperación de un hombre.



  • Cuando una puerta se cierra, otra se abre.