Frases de Mario Benedetti

Fíjese que cuando sonríe se le forman unas comillas en cada extremo de su boca. Esa es mi cita favorita.
No te avergüences de ninguna pregunta, si es sincera. Generalmente son las respuestas las más acreedoras de vergüenza.
Me gusta la gente capaz de entender que el mayor error del ser humano es intentar sacarse de la cabeza aquello que no sale del corazón.
Y para estar total, completa, absolutamente enamorado, hay que tener plena conciencia de que uno también es querido, que uno también inspira amor.
Ya lo sabes sin tropos ni bengalas la traducción mejor es boca a boca en el beso bilingüe van circulando dulces noticias.
Nos pasamos toda la vida soñando con deseos incumplidos, recordando cicatrices, construyendo artificial y mentirosamente lo que pudimos haber sido. cada vez somos menos verdaderos, más hipócritas; cada vez tenemos más vergüenza de nuestra verdad.”
Algunas cosas del pasado desaparecieron, pero otras abren una brecha al futuro y son las que quiero rescatar.
La vida es un paréntesis entre dos nadas. No soy creyente, pero creo en un dios interno llamado conciencia al que tenemos que rendir cuentas todos los días de nuestra vida.
Nunca debemos prometer algo, ya que son ataduras aterradoras. Cuando alguien no se siente amarrado, es más libre y se siente mejor.
El amor no es repetición. Cada acto de amor es un ciclo en sí mismo, una órbita cerrada en su propio ritual.
Tenemos menos tiempo que lugares, pero hay lugares que no duran apenas un minuto, y para cierto tiempo, no habrá lugar.
Más que besarla, más que acostarnos juntos; más que ninguna otra cosa, ella me daba la mano, y eso era amor.
Y aunque no siempre he entendido mis culpas y mis fracasos, en cambio sé que en tus brazos el mundo tiene sentido.
Cada vez que te enamores no expliques a nadie nada, deja que el amor te invada sin entrar en pormenores.
Comenzamos la vida tristes y la terminamos triste, pero en medio, amamos cuerpos que tienen una triste y milagrosa belleza.
El viento me encanta, sobre todo cuando ando en su contra, ya que es como si borrase cosas, y yo quiero borrar mucho de mí.
Los odios vivifican y estimulan sólo si es uno quien los gobierna; destruyen y desajustan cuando son ellos los que dominan.
Tengo una sensación horrible, pienso que el tiempo pasa y no consigo nada, y eso me hace estremecerme hasta la raíz.
Aquel gol que le hizo Maradona a los ingleses con la ayuda de la mano divina, es por ahora la única prueba fiable de la existencia de Dios.
La seguridad de saberme capaz para algo mejor, me puso en las manos la postergación, que al fin de cuentas es un arma terrible y suicida.
De eso se trata, de coincidir con gente que te haga ver cosas que tu no ves. Que te enseñen a mirar con otros ojos.
Hay diez centímetros de silencio entre tus manos y mis manos, una frontera de palabras no dichas entre tus labios y mis labios. Y algo que brilla así de triste entre tus ojos y mis ojos.
Paz es aceptar la diferencia del otro. Si fuera así se aceptarían judíos y palestinos, y no habría guerra.
Es posible que lo que le voy a decir le parezca una locura. Si es así me lo dice no más. Pero no quiero andar con rodeos; creo que estoy enamorado de usted.
No sé por qué, pero hoy me ha dado por extrañarte, por echar de menos tu presencia. Alguien me dijo que el olvido está lleno de memoria.
Cuando el miedo, la preocupación o el amor llega a mi vida, siempre soy capaz de transformarlo en un poema.
Ciertas cosas que nos ocurrieron en el pasado han desaparecido, pero otras se cuelan en el futuro y son estas las que busco rescatar.
Defender la alegría como una trinchera, defenderla del escándalo y la rutina, de la miseria y los miserables, de las ausencias transitorias y las definitivas.
Yo amo, tú amas, él ama, nosotros amamos, vosotros amáis, ellos aman. Ojalá no fuese conjugación sino realidad.
Si la vida fuera otra y la muerte llegase entonces, te amaría hoy, mañana... Por siempre... Todavía.
Aprovechemos el otoño antes de que el invierno nos escombre. Entremos a codazos en la franja del sol y admiremos a los pájaros que emigran.
No te rindas, por favor no cedas, Aunque el frío queme, Aunque el miedo muerda, Aunque el sol se esconda, Y se calle el viento, Aún hay fuego en tu alma, Aún hay vida en tus sueños.
Te quiero para volvernos locos de risa, ebrios de nada y pasear sin prisa por las calles, eso sí, tomados de la mano, mejor dicho… del corazón.
De dos peligros debe cuidarse el hombre nuevo: De la derecha cuando es diestra, de la izquierda cuando es siniestra.