Frases de Jonathan Swift

Fue un escritor satírico irlandés.

Cuando los hombres se tornan virtuosos en la vejez, no hacen sino sacrificar a Dios las sombras de lo sacrificado al diablo.
Tenemos bastante religión como para odiarnos, pero no suficiente como para amarnos.
Ojalá vivas todos los días de tu vida.
La mayoría de las personas son como alfileres: sus cabezas no son lo más importante.
Ningún hombre sabio quiso nunca ser joven.
Los mejores doctores del mundo son: El Dr. Alegría y el Dr. Tranquilidad.
El café nos hace mal y es grave, pero nos hace filosóficos.
Una persona inteligente debería tener dinero en su cabeza, no en su corazón.
Una persona sabia debe tener dinero en la cabeza pero no en su corazón.
Los ratos de ocio son el tiempo apto para hacer algo provechoso.
Los mejores médicos del mundo son la dieta, el reposo y la alegría.
No debería permitir que un hombre orgulloso me haga mantener mi distancia.
Los mejores doctores del mundo son: el Dr. Dieta, el Dr. Tranquilidad y el Dr. Alegría.
Señor, quisiera saber quien fue el loco que inventó el beso.
El café nos hace intensos, rigurosos y filosóficos.
La mayor parte de las diversiones a que se entregan los hombres, los niños y otros animales son imitaciones de la lucha.
Los viejos y los cometas han sido venerados por las mismas razones: por su larga barba y por la pretensión de procedir los acontecimientos.
Las palabras adecuadas en los lugares adecuados son la verdadera definición de estilo.
Nunca he visto, oído ni leído, que el clero había querido en cualquier país donde el cristianismo fue la religión del país. Nada puede hacer que los populares, pero un cierto grado de persecución.
El interés es el estímulo de la gente, pero la gloria que la de las grandes almas. La invención es el talento de los jóvenes, y el juicio de su edad.
La invención es el talento de los jóvenes, como el juicio es mayor de edad.
Una taberna es un lugar en donde la locura es vendida en botella.
La libertad de conciencia se entiende hoy día, no sólo como la libertad de creer lo que uno quiera, sino también de poder propagar esa creencia.
Las promesas y las cortezas de tarta están hechas para ser rotas.
Las dos cosas más nobles, son la dulzura y la luz.
La falta de fe es un defecto que debe ocultarse cuando no se puede superar.
Cuando aparece un gran genio en el mundo, puedes conocerlo por este signo; todos los necios se conjuran contra él.
La paciencia alivia, a medida que la impaciencia aumenta, el dolor; por lo tanto, las personas fuertes sufrirán menos que las que den paso a la irritación.
Nada más descalificado para que el hombre actúe con prudencia que una desgracia acompañada de vergüenza y culpa.
El que llama a un hombre desagradecido resume todo el velo del que un hombre puede ser culpable.
Un espíritu pobre es más pobre que un bolso pobre. Unas pocas libras al año aliviarían a un hombre del escándalo de la avaricia.
La razón es un piloto muy ligero, y se sacude fácilmente.
El poder no es ninguna bendición, excepto cuando se utiliza para proteger a los inocentes.
La ambición suele llevar a las personas a ejecutar los menesteres más viles. Por eso, para trepar, se adopta la misma postura que para arrastrarse.
Las promesas y la masa de pastel están hechas para romperse.
Tenemos bastante religión para odiarnos unos a otros, pero no la bastante para amarnos.
Un hombre sabio debe tener al dinero en su cabeza, pero no en su corazón.
Un solo enemigo puede hacer más daño que el bien que se pueden hacer diez amigos juntos.
Cuando aparece un gran genio en el mundo, se puede reconocer por esta señal: todos los mentecatos se confabulan contra él.
Las promesas y la corteza del pan se hicieron para romperlas.