Frases de John Donne

Fue el más importante poeta metafísico inglés de las épocas de la reina Isabel I.

La desesperación es el calor del infierno, como la alegría la serenidad del cielo.
Sé tu propio palacio o el mundo será tu prisión.
Ninguna belleza primaveral o de verano tiene tal gracia como la que he visto en una cara otoñal.
El placer no es, si no diversificado.
Dios emplea varios traductores, algunas piezas son traducidas por la edad, otros por enfermedad, otros por la guerra, otros por la justicia.
La muerte de cualquier hombre me disminuye, porque yo formo parte de la humanidad; por tanto nunca mandes a nadie a preguntar por quién doblan las campanas: doblan por ti.
Viejo tonto ocupado, el sol es ingobernable, ¿por qué te has portado así por las ventanas y a través de las cortinas de pedir a nosotros?
Ninguna belleza de primavera ni de verano tiene tal gracia como la que he visto en el otoño.
Ningún hombre es una isla, algo completo en sí mismo; todo hombre es un fragmento del continente, una parte de un conjunto.
La razón es la mano izquierda de nuestra alma, y la fe su mano derecha.
La razón es la mano izquierda de nuestra alma, la fe su derecha, por estos llegamos a la divinidad.