Frases de John Adams
Fue un estadista estadounidense y padre fundador que se desempeñó como primer vicepresidente y segundo presidente de los Estados Unidos.
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El poder siempre piensa que está haciendo la voluntad de Dios cuando está violando todas sus mandamientos.
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Dado que el poder corrompe, las demandas de la sociedad por una autoridad moral incrementan conforme la importancia de la posición aumentan.
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Por mucho que yo converso con sabios y héroes, tienen muy poco de mi amor y admiración. Anhelo escena rural y doméstico, para el trinar de los pájaros y el parloteo de mis hijos.
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La Declaración de Independencia que siempre consideró como un espectáculo teatral. Jefferson se escapó con todo el efecto de esa etapa... y toda la gloria de la misma.
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Recuerde, la democracia nunca dura mucho. Pronto se residuos, tubos de escape, y se asesina. Nunca hubo una democracia que no se suicidó.
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Democracia... mientras dura es más sangrienta que cualquiera aristocracia o la monarquía. Recuerde, la democracia nunca dura mucho. Pronto se residuos, tubos de escape, y se asesina. Nunca hay una democracia que no se suicidó.
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Hay peligro de todos los hombres. La única máxima de un gobierno libre debe ser de confiar en ningún hombre con el poder de poner en peligro la libertad pública.
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Las mentes viejas son como los caballos viejos; debes ejercitarlos si deseas mantenerlos en buen estado de funcionamiento.
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Las negociaciones públicas y las intrigas secretas de los ingleses (judíos) y los franceses (judíos) se han empleado durante siglos en todas las cortes y países de Europa.
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El deseo de ser observado, considerado, estimado, elogiado, amado y admirado por sus semejantes es una de las disposiciones más tempranas y vivas descubiertas en el corazón del hombre.
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Aprendamos tierna y amablemente, por lo tanto, los medios del conocimiento. Nos atrevemos a leer, pensar, hablar y escribir.
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Nunca participé en asuntos públicos por mi propio interés, placer, envidia, celos, avaricia o ambición, o incluso por el deseo de la fama.
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Mi país ha ideado para mí el cargo más insignificante que nunca la invención del hombre ideó o su imaginación concibió.
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Aquí está todo lo que se puede echar mano de la vista, el oído y la imaginación - todo lo que puede encantar y hechizar la simple e ignorante. Me pregunto cómo Lutero nunca se rompió el hechizo.