Frases de Jean Rostand

Fue un escritor, biólogo, filósofo y académico francés nacido en París y muerto en Ville-d'Avray, Francia.

De grado o por fuerza, se vive de lo que se niega
Un beso es un secreto que se dice en la boca y no en los oídos.
Malgastamos nuestro tiempo envidiando a personas que no nos gustaría ser.
Dios, el botadero de nuestros sueños.
Unos grandes mentes son suficientes para dotar a la humanidad con el poder monstruoso, pero algunos grandes corazones no son suficientes para hacernos dignos de su utilización.
Nada es más admirable que la fortaleza con la que los millonarios toleran las desventajas de su riqueza.
Una mentira puede ser menos mentirosa que una verdad bien escogida.
La falsedad de una idea no puede impedirle el ser bella y hay ciertos errores tan ingeniosos, que lamentaríamos que no figurasen en los pasos del espíritu humano.
Grandes desniveles en el espíritu, crean el desequilibrio propicio al genio.
Mi pesimismo llega hasta el punto de sospechar de la sinceridad de otros pesimistas.
La nobleza de un ser humano es estrictamente independiente de la de sus convicciones.
No tengo verdades, apenas convicciones.
El buen gusto está en el justo medio, como la virtud; entre la tontería del vulgo y la de los elegidos.
Más allá de la desesperación hay algo que tal vez no es exactamente resignación.
Ser adulto es estar solo.
Soledad humana: nuestro orgullo tiene la misma fuente que nuestra angustia.
Consiente en ceder cuando tengas razón, con tal de que sepas ser intransigente cuando estés equivocado.
No trates de convencer nunca a una mujer; jamás la convencerás, y especialmente a la tuya.
Análoga dificultad supone el vivir con la persona a quien se ama, como amar a la persona con quien se vive.