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SabÃa que cuando jugaba se estaba dando placer sólo a sà misma; pero esto no fue una sensación nueva.
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Una mujer soltera, de buena fortuna, es siempre respetable y puede ser tan sensata y agradable como cualquier otra persona.
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No es muy moderno considerar la difÃcil situación de las mujeres solteras que anhelan algo tan anticuado como los hombres.
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Lo he intentado en vano, pero no se puede reprimir mis sentimientos. Debes permitir que te diga cuán profundamente te admiro y amo.
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Mi idea de buena compañÃa es la compañÃa de personas inteligentes y bien informadas que tienen una gran conversación; eso es lo que yo llamo buena compañÃa.
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Siempre vale la pena preservar las conexiones familiares, siempre vale la pena buscar una buena compañÃa.
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Nada es más engañoso, dijo Darcy, que la apariencia de humildad. A menudo es solo descuido de opinión y, a veces, un alarde indirecto.
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El tiempo generalmente disminuirá el interés de cada apego que no esté dentro del cÃrculo diario.
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No quiero que la gente sea muy agradable, pues asà me ahorran la molestia de que me tengan que gustar demasiado.
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ese algo propicio que sirve de consuelo a todos los que cierran los ojos cuando miran, o el entendimiento cuando razonan.
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¡Cuan distinto era el origen de su presente inquietud! ¡Cuan tristemente superior al otro en realidad y en sustancia!
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La capacidad de hacer algo con presteza es siempre muy elogiada por su poseedor, quien a menudo no advierte la imperfección que lo acompaña.
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El orgullo se refiere más a nuestra opinión sobre nosotros mismos; la arrogancia, a lo que deseamos que los demás piensen de nosotros.
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No hay nada más engañoso que la apariencia de humildad. A menudo sólo es carencia de opinión, y a veces una ostención indirecta.
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Si yo fuera un hada madrina, te darÃa el deseo de tu corazón en un instante y me enjugarÃa las lágrimas y te dirÃa que no llores.
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Deseo, como todos los demás, ser perfectamente feliz; pero como todos los demás, debe ser a mi manera.
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Hay una terquedad en mà que nunca soporto tener miedo a la voluntad de los demás. Mi coraje siempre aumenta en cada intento de intimidarme.
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Era gratitud; gratitud no sólo por haberla amado, sino por amarla todavÃa lo bastante para olvidar toda la petulancia.
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Un acontecimiento anhelado con impaciencia no podÃa, al realizarse, traerle toda la satisfacción que era de esperar.
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Estoy convencida de que a los hombres se les debe hablar con desdén y descaro, pues si no los obligamos a guardar las distancias debidas se vuelven muy impertinentes.
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El orgullo está relacionado con la opinión que tenemos de nosotros mismos; la vanidad, con lo que quisiéramos que los demás pensaran de nosotros.
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–Nada es más engañoso –dijo Darcy– que la apariencia de humildad. Normalmente no es otra cosa que falta de opinión, y a veces es una forma indirecta de vanagloriarse.
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El estar bien informado nos impide alimentar la vanidad ajena, lo cual el buen sentido aconseja evitar.
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