Frases de Isabel Allende

De pronto se deslizó por el pasillo, al pasar por mi lado sus sorprendentes pupilas de oro se detuvieron un instante en las mías. Debí morir un poco. No podía respirar y se me detuvo el pulso
Me será muy difícil vengar a todos los que tienen que ser vengados, porque mi venganza no sería más que otra parte del mismo rito inexorable
La muerte no existe, la gente sólo muere cuando la olvidan; si puedes recordarme, siempre estaré contigo.
Memoria selectiva para recordar lo bueno, prudencia lógica para no arruinar el presente, y optimismo desafiante para encarar el futuro.
Para siempre es mucho tiempo... Creo que volveremos a encontrarnos en mejores circunstancias o en otras vidas.
Esto sirve para tranquilizarnos la conciencia, hija -explicaba a Blanca-. Pero no ayuda a los pobres. No necesitan caridad, sino justicia.
El pintor interpreta la realidad y la cámara la plasma. Todo en la primera es ficción, mientras que la segunda es la suma de lo real más la sensibilidad del fotógrafo.
En tiempos de tragedia, de guerra, por necesidad la gente hace cosas increíbles. La capacidad humana para sobrevivir y renovarse es asombrosa.
Pero el amor, como la suerte, llega cuando no lo llaman, nos instala en la confusión y se esfuma como niebla cuando intentamos retenerlo.
Tal vez temía que ese grandioso amor, que había resistido tantas pruebas, no pudiera sobrevivir a la más terrible de todas: la convivencia.
La guerra es la obra de arte de los militares, la coronación de su formación, el broche dorado de su profesión. No han sido creados para brillar en la paz.