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Frases de Isabel Allende

Frases de Isabel Allende

Es una escritora chilena con nacionalidad estadounidense, de ascendencia hispano-portuguesa y nacida en Perú.

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  • ¿Rencor? Prefiero vivir.



  • De pronto se deslizó por el pasillo, al pasar por mi lado sus sorprendentes pupilas de oro se detuvieron un instante en las mías. Debí morir un poco. No podía respirar y se me detuvo el pulso



  • Me será muy difícil vengar a todos los que tienen que ser vengados, porque mi venganza no sería más que otra parte del mismo rito inexorable



  • La muerte no existe, la gente sólo muere cuando la olvidan; si puedes recordarme, siempre estaré contigo.



  • Memoria selectiva para recordar lo bueno, prudencia lógica para no arruinar el presente, y optimismo desafiante para encarar el futuro.



  • Para siempre es mucho tiempo... Creo que volveremos a encontrarnos en mejores circunstancias o en otras vidas.



  • Me duele como a ti, pero tengo menos miedo de la muerte y más esperanza en la vida.



  • Esto sirve para tranquilizarnos la conciencia, hija -explicaba a Blanca-. Pero no ayuda a los pobres. No necesitan caridad, sino justicia.



  • Aqui la existencia no es facil y para muchos la muerte es una invitacion al descanso.



  • La verdadera amistad resiste el tiempo, la distancia y el silencio.



  • A lo que más le temo es al poder con impunidad. Le temo al abuso del poder y al poder de abusar.



  • El pintor interpreta la realidad y la cámara la plasma. Todo en la primera es ficción, mientras que la segunda es la suma de lo real más la sensibilidad del fotógrafo.



  • En tiempos de tragedia, de guerra, por necesidad la gente hace cosas increíbles. La capacidad humana para sobrevivir y renovarse es asombrosa.



  • Pero el amor, como la suerte, llega cuando no lo llaman, nos instala en la confusión y se esfuma como niebla cuando intentamos retenerlo.



  • Tal vez temía que ese grandioso amor, que había resistido tantas pruebas, no pudiera sobrevivir a la más terrible de todas: la convivencia.



  • La guerra es la obra de arte de los militares, la coronación de su formación, el broche dorado de su profesión. No han sido creados para brillar en la paz.



  • Pensó que debía ser como surfear: había que tomar la ola en el momento exacto y aprovechar el impulso, de otro modo la fuerza del mar lo revolcaba a uno.



  • Si escribo algo, temo que suceda, si amo demasiado a alguien, temo perderlo; sin embargo, no puedo dejar ni de escribir ni de amar.



  • El afecto es como el sol del mediodía; no necesita la presencia de otro para manifestarse.



  • Afrodita trata sobre la lujuria y la gula, los únicos dos pecados que vale la pena cometer, en mi opinión.



  • Queremos un mundo donde se preserve la vida y se enriquezca la calidad de vida de todos, no solo de los privilegiados.



  • Quiero tener una vida épica. Quiero contar mi vida con grandes adjetivos. Quiero olvidar todos los grises en el medio, y recordar los reflejos y los momentos oscuros.



  • Los deseos y los miedos son ilusiones, Dil Bahadur, no realidades. Debes practicar el desapego.



  • lo amaban sin sofocarlo y lo trataban con la negligencia habitual de esa época, antes de que los niños se convirtieran en proyectos.



  • Se le ocurrió que al salir de la oficina de su hermano tendría que valerse solo y aterrizaría de narices en su propio nivel de incompetencia.



  • A cada uno le llega el momento de alcanzar su nivel de incompetencia.



  • Lo único que nos sanará es el amor, solo si lo dejas.



  • El trabajo duro y el aire fresco son muy buenos remedios contra la estupidez del amor.



  • Esto sirve para tranquilizarnos la conciencia, hija -explicaba a Blanca-. Pero no ayuda a los pobres. No necesitan caridad, sino justicia.



  • La riqueza envilece el alma, complica la existencia y engendra infelicidad, sostenía.



  • Al final, sólo se tiene lo que se ha dado.



  • Quien ha abierto los ojos en el territorio más alucinante del mundo, pierde la capacidad de asombro.



  • Las raíces no están en el paisaje, ni en un país, ni en un pueblo, están dentro de ti.



  • En las memorias, los sentimientos son más importantes que los hechos, y para escribir con honestidad, tengo que enfrentarme a mis demonios.



  • El dolor es inevitable en el paso por esta vida, pero dicen que casi siempre es tolerable si no se le opone resistencia y no se agregan miedo y angustia.



  • El cristianismo, como casi todas las supersticiones, hacía al hombre más débil y resignado y que no había que esperar una recompensa en el cielo, sino pelear por sus derechos en la tierra.



  • Las creencias propias se llaman religión, las de los demás se llaman superstición.



  • Mi vida ha consistido en desafiar la autoridad, lo que me enseñaron de pequeña. La vida es puro ruido entre dos silencios abismales. Silencio antes de nacer, silencio después de la muerte.



  • Mientras más años cumplo, más ignorante me siento. Sólo los jóvenes tienen explicación para todo.



  • Hay que dar bastante guerra. Con los perros rabiosos nadie se atreve, en cambio a los mansos los patean. Hay que pelear siempre.