Frases de Gabriel García Márquez

Fue un escritor, guionista, editor y periodista colombiano. En 1982 recibió el Premio Nobel de Literatura.

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La ficción se ideó el día en que Jonah llegó a casa y le dijo a su esposa que había llegado tres días tarde porque una ballena se lo había tragado.
Cuando un recién nacido aprieta con su pequeño puño, por primera vez, el dedo de su padre, lo tiene atrapado para siempre.
Ningún lugar en la vida es más triste que una cama vacía.
Era inevitable: el olor de las almendras amargas le recordaba siempre el destino de los amores contrariados.
Ninguna persona merece tus lágrimas, y quien se las merezca no te hará llorar.
La vida no es sino una continua sucesión de oportunidades para sobrevivir.
En última instancia, la literatura no es más que la carpintería. Con tanto que está trabajando con la realidad, un material tan duro como la madera.
Nada en este mundo es más difícil que amar.
Estaban tan cerca uno del otro, que prefirieron la muerte a la separación.
Crecemos con sueños en nuestros ojos y canciones en nuestros labios, y descubrimos luego que la vida no es lo que pensábamos que sería. Y luego, descubrimos la nostalgia.
La edad no es la edad que tienes, es al final de cuentas, la edad que sientes.
Un hombre sabe que se esta haciendo mayor porque comienza a parecerse a su padre.
La vejez no es cuántos años tienes, sino cómo te sientes.
Lo único peor que la mala salud es la mala fama.
Deja que el tiempo pase, y ya veremos lo que trae...
El hecho es que ser seductor es una adicción que nunca se puede satisfacer.
…Descubri que no soy disciplinado por virtud, sino como reacción contra mi negligencia….
La memoria del corazón elimina lo malo y magnifica lo bueno.
Descubrí que mi obsesión por tener cada cosa en el lugar correcto, cada sujeto en el momento adecuado, cada palabra en el estilo correcto, no era la merecida recompensa de una mente ordenada, sino lo contrario: un sistema completo de pretensiones hechos para mí, para mí desorden de mi naturaleza.
Era inevitable: el aroma de las almendras amargas siempre le recordaba el destino del amor no correspondido.
Sólo quiero gente en mi vida, que transpire adrenalina de alguna forma.
La vergüenza tiene mala memoria.
Descubrí que mi obsesión por tener cada cosa en el lugar correcto, cada tema en el momento correcto, cada palabra en el estilo correcto, no era la merecida recompensa de una mente ordenada, sino todo lo contrario: un sistema completo de pretensión inventada por mí para ocultar el desorden de mi naturaleza.
Lo más importante que aprendí a hacer después de los cuarenta años fue a decir “no” cuando es “no”.
Cada vez que decido algo lo hago de una manera intuitiva.
Yo creo que todavía no es demasiado tarde para construir una utopía que nos permita compartir la tierra.
He aprendido que todo el mundo quiere vivir en la cima de la montaña, sin saber que la verdadera felicidad está en la forma de subir la escarpada.
Desde entonces quedaron vinculados por un afecto serio, pero sin el desorden del amor.
Soneto matinal a una colegiala ingrávida Al pasar me saluda y tras el viento que da al aliento de su voz temprana en la cuadrada luz de una ventana se empaña, no el cristal, sino el aliento Es tempranera como una campana. Cabe en lo inverosímil, como un cuento y cuando corta el hilo del momento vierte su sangre blanca la mañana. Si se viste de azul y va a la escuela, no se distingue si camina o vuela porque es como la brisa, tan liviana que en la mañana azul no se precisa cuál de las tres que pasan es la brisa, cuál es la niña y cuál es la mañana.
La vida le había dado ya motivos bastantes para saber que ninguna derrota era la última.
El hambre de tierra, el cloc cloc de los huesos de sus padres, la impaciencia de su sangre frente a la pasividad de Pietro Crespi estaban relegados al desván de la memoria.
Siempre hay un mañana y la vida nos da otra oportunidad para hacer las cosas bien, pero por si me equivoco y hoy es todo lo que nos queda, me gustaría decirte cuanto te quiero, que nunca te olvidaré.
Los seres humanos no nacen para siempre el día en que sus madres los alumbran, sino que la vida los obliga a parirse a sí mismos una y otra vez.
Hacía todo de un modo metódico y parsimonioso, como si no hubiera nada que no estuviera previsto para ella desde su nacimiento.
Siempre me divierte que el mayor elogio para mi trabajo viene de la imaginación, mientras que la verdad es que no hay ni una sola línea en todo mi trabajo que no tiene una base en la realidad. El problema es que la realidad del Caribe se asemeja a la imaginación.
Las inyecciones son lo mejor que se ha inventado para los médicos de alimentación.
La cultura es el aprovechamiento social del conocimiento.
La palabra mestizaje significa mezclar las lágrimas con la sangre que corre. ¿Qué puede esperarse de semejante brebaje?
El problema de la vida conyugal es aprender a dominar el tedio.
El amor es tan importante como la comida. Pero no alimenta.