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Frases Eduardo Galeano

Frases Eduardo Galeano

Fue un periodista y escritor uruguayo, considerado uno de los escritores más influyentes de la izquierda latinoamericana.​

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  • El código moral del fin del milenio no condena la injusticia, sino el fracaso.



  • La historia nunca dice adiós. Lo que dice siempre es un hasta luego.



  • La caridad es humillante porque se ejerce verticalmente y desde arriba: la solidaridad es horizontal e implica respeto mutuo.



  • Son los árboles que dan frutos los que sufren las pedradas.



  • ¿Por qué regresa uno? ¿Por la revolución? ¿Por este modo que tenemos de querernos sin decirlo? ¿De caminar como guapeando y mirar con melancolía?



  • No consigo dormir. Tengo una mujer atravesada entre los párpados. Si pudiera, le diría que se vaya; pero tengo una mujer atravesada en la garganta.



  • La historia nunca dice adiós. La historia dice, “hasta luego”.



  • Y nada tenía de malo, y nada tenía de raro que se me hubiera roto el corazón de tanto usarlo.



  • Lo importante del amor es que sea infinito mientras dura.



  • El automóvil, el televisor, el vídeo, la computadora personal, el teléfono celular y demás contraseñas de la felicidad, máquinas nacidas para <> o << pasar el tiempo>>, se apoderan del tiempo.



  • Al fin y al cabo, el miedo de la mujer a la violencia del hombre es el espejo del miedo del hombre a la mujer sin miedo.



  • Al fin y al cabo, somos lo que hacemos para cambiar lo que somos.



  • La industria norteamericana de armamentos practica la lucha contra el terrorismo vendiendo armas a gobiernos terroristas, cuya única relación con los derechos humanos consiste en que hacen todo lo posible por aniquilarlos.



  • No hay guerra agresiva que no diga ser guerra defensiva. Hitler invadió Polonia para evitar que Polonia invadiera Alemania. Bush invadió Irak para evitar que Irak invadiera el mundo.



  • Todos somos mortales hasta el primer beso y el segundo vaso de vino.



  • La violencia engendra violencia, como se sabe; pero también engendra ganancias para la industria de la violencia, que la vende como espectáculo y la convierte en objeto de consumo.



  • Casi todas las guerras, tal vez todos, son guerras comerciales relacionadas con algún interés material. Ellos siempre se disfrazan de guerras sagradas, hechas en el nombre de Dios, o la civilización o progreso. Pero todos ellos, o casi todas las guerras, han sido las guerras comerciales.



  • Como Dios, el capitalismo tiene la mejor opinión sobre sí mismo, y no duda de su propia eternidad.



  • Ojalá podamos tener el coraje de estar solos, y la valentía de arriesgarnos a estar juntos.



  • Libres son quienes crean, no quienes copian; y libres son quienes piensan, no quienes obedecen.



  • Suéñeme, que le conviene. Suéñeme que le va a gustar.



  • Cuanto más codiciado por el mercado mundial, mayor es la desgracia que un producto trae consigo al pueblo latinoamericano que, con su sacrificio, lo crea.



  • Hay quienes creen que el destino descansa en las rodillas de los dioses, pero la verdad es que trabaja, como un desafío candente, sobre las conciencias de los hombres.



  • La riqueza en el mundo es el resultado de la pobreza de otras personas, debemos comenzar a acortar el abismo entre los que tienen y los que no tienen.



  • Utopía yace en el horizonte. Cuando me acerqué por dos escalones, se retira dos pasos. Si paso diez pasos adelante, rápidamente se desliza diez pasos por delante. No importa lo lejos que vaya, nunca podré llegar a ella. Entonces, ¿cuál es el propósito de la utopía? Es para hacernos avanzar.



  • La diversidad de la vida es muy estimulante para mí.



  • Los niños pobres son los que más sufren la contradicción entre una cultura que manda a consumir y una realidad que lo prohíbe.



  • Mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, puede cambiar el mundo.



  • Estamos en plena cultura del envase. El contrato de matrimonio importa más que el amor, el funeral más que el muerto, la ropa más que el cuerpo y la misa más que Dios.



  • Nada valía la vida de un indio; y la vida de un indio rebelde, menos que nada.



  • El desarrollo desarrolla la desigualdad.



  • La división internacional del trabajo consiste en que unos países se especializan en ganar y otros en perder.



  • Con el petróleo ocurre, como ocurre con el café o con la carne, que los países ricos ganan mucho más por tomarse el trabajo de consumirlo, que los países pobres por producirlo.



  • El bienestar de nuestras clases dominantes, dominantes hacia dentro, dominadas desde fuera es la maldición de nuestras multitudes condenadas a una vida de bestias de carga.



  • La fuerza del conjunto del sistema imperialista descansa en la necesaria desigualdad de las partes que lo forman,



  • Ni siquiera el progreso resulta progresista, porque hasta el progreso está en manos de pocos propietarios. El alimento de las minorías se convierte en el hambre de las mayorías.



  • La buena política conoce este secreto: cómo hacer morir de hambre a los que permiten vivir a los demás.



  • La ciencia universal poco tiene de universal; está objetivamente confinada tras los límites de las naciones avanzadas.



  • Ya los barcos negreros no cruzan el océano. Ahora los traficantes de esclavos operan desde el Ministerio de Trabajo. Salarios africanos, precios europeos.



  • ¿es lícito confundir la prosperidad de una clase con el bienestar de un país?