Frases de Douglas Adams

Creo que el pescado es bueno, pero luego creo que la lluvia está mojada, así que ¿quién soy yo para juzgar?

Para brindar un verdadero servicio se debe de añadir algo que no se puede medir ni comprar con dinero, y eso es la sinceridad e integridad.

Para dar un servicio real, debes añadir dos cosas que no se miden con dinero: Integridad y sinceridad.

Los seres humanos son casi los únicos seres en tener la capacidad de aprender de las experiencias de otros, también es notable su aparente renuncia a hacerlo.

Hice terapia brevemente, pero después de un tiempo, me di cuenta de que es como un granjero que se queja del clima. No puedes arreglar el clima, solo tienes que seguir adelante.

Un error común que la gente comete cuando intenta diseñar algo completamente infalible es subestimar el ingenio de los tontos.

El profundo rugido del océano. El rompimiento de las olas en las costas más lejanas que el pensamiento puede encontrar. Los silenciosos truenos de las profundidades. Y de entre ellos, voces que llaman, pero no voces, zumbidos de tarareo, palabras y canciones de pensamiento a medio articular.

Es un hecho bien conocido que aquellas personas que deben querer gobernar a las personas son, ipso facto, las menos aptas para hacerlo … cualquiera que sea capaz de conseguir que lo hagan presidente de ninguna manera debería poder hacer el trabajo.

Cuando camines a través de la tormenta, mantén la cabeza alta ¡Y no temas a la oscuridad! Al final de la tormenta hay un cielo dorado y la dulce canción de la alondra.

Nada viaja más rápido que la luz, con la posible excepción de las malas noticias, que siguen sus propias reglas.

La tecnología es una palabra que describe algo que no funciona todavía.

Estamos atrapados con la tecnología cuando lo que realmente queremos son solo cosas que funcionan.

Hay un momento en cada alba en la que la luz está como suspendida: un instante mágico donde cualquier cosa puede suceder. La creación contiene su respiración.

No todas las opiniones son iguales. Algunas son muchísimo más robustas, sofisticadas y bien apoyadas en la lógica y el argumento que las demás.

El tiempo es una ilusión. Y la hora de comer, más todavía.

Cualquier hombre que haga autoestop a todo lo largo y ancho de la Galaxia, pasando calamidades, divirtiéndose en los barrios bajos, luchando contra adversidades tremendas, saliendo sano y salvo de todo ello, y sabiendo todavía dónde está su toalla, es sin duda un hombre a tener en cuenta.