Frases de Culpa

De ignorante y brutal es culpar a otros de las propias miserias. Aquel que a sí mismo se culpa de su infortunio.

Al culpar a otro, damos nuestro poder. El entendimiento nos permite superar el problema y tomar control de nuestro futuro.

Las frases de culpa son una forma de expresar el arrepentimiento por algo malo que hayamos hecho o dicho. Estas frases nos ayudan a aceptar la responsabilidad de nuestras acciones y reconocer nuestro error. Cuando nos sentimos culpables por algo, es importante ser honesto con nosotros mismos y afrontar la situación con humildad y sinceridad.

La manera que te tratas a ti mismo establece los estándares de los demás para tratarte a ti.

Los sentimientos de culpa son muy repetitivos, se repiten tanto en la mente humana que llega un punto en que te aburres de ellos.

La culpa es como un saco de ladrillos: solo hay que descargarlo.

Las esposas de los políticos hacen todas, beneficencia. A la fuerza. Tienen un sentido de culpa por lo que roban sus maridos.

Un hombre puede caerse muchas veces, pero no será un fracaso hasta que diga que alguien lo empujó.

No hace falta saber cómo perdonar. Basta estar dispuesto a hacerlo, del cómo ya se ocupará el universo.

Parte de la penitencia es confesar la culpa, conocerla y avergonzarse de ella.

Cuando culpas y criticas a los demás, evitas algo de verdad sobre ti mismo.

Sólo se siente culpable quien cedió en su deseo.

Sé quien eres y di lo que sientes, porque a los que les molesta no importan, y a los que importan no les molesta.

Es fácil culpar a otros por tu situación. Es mucho más productivo buscar tu propio pasado y encontrar la causa de tus fallas.

Piedad por el culpable es traición al inocente.

Te conviertes en una víctima cuando te culpas a ti mismo o a otros por algún problema o error.

Cada vez que culpas a otros y te quejas de tu situación, eliges ser una víctima.

Es mil veces mas fácil no decir lo que pensamos en un momento de ira, que disculparnos después.

Si queremos ser unos jueces justos en todo, esto es lo primero que nos debe convencer: nadie de nosotros está exento.

Nunca culpes a otra persona por tus elecciones personales, sigues siendo tú quien debe vivir las consecuencias de tus elecciones.

Nunca subestimes el poder de la culpabilidad, Amanda. Puedes llevar a la gente a hacer cosas extraordinarias.

No dejes que el futuro sea un rehén de tu pasado.

Echó afuera esa imperiosa necesidad de culpar a los otros, que es patrimonio específico de los corazones inferiores.

Digo que cualquiera que tiemble en este momento es culpable; pues la inocencia nunca teme la vigilancia pública.

Yo estaba un poco enfadada conmigo misma porque me siento muy afortunada.

Errar es humano, pero más lo es culpar de ello a otros.

Es prácticamente imposible permitir que milagros increíbles entren en tu vida cuando eliges permanecer en este estado mental negativo.

Culpar al destino es un mal lugar para aquellos que no alcanzan los destinos deseados.

Encontrar culpables es muy fácil; lo difícil es aceptar que no los hay.

Ninguna culpa se olvida mientras la conciencia lo recuerde.

Todos somos culpables, pero si hubiera que repartir responsabilidades las mayores caerían sobre las clases dirigentes.

Me parece que desde el día en que el hombre comenzó a creer en un Dios, el hombre comenzó a usar a ese Dios como culpable de cualquier desgracia.

Decir que la culpa no tiene ley, es reconocer nuestra culpa.

Eres responsable de tu vida. No puedes seguir culpando a alguien más por tu disfunción. La vida se trata realmente de seguir adelante.

Mejor la vergüenza en la cara que una mancha en el corazón.

Jugar limpio significa, ante todo, no culpar a los demás de nuestros errores.

Gracias por tratar de hacerme sentir culpable, porque nunca más cambiaré de rumbo para complacer a otro.

Si hago una buena obra, me siento bien; y si obro mal, me encuentro mal. Esta es mi religión.

No gastes tu tiempo en el enojo, el arrepentimiento, las preocupaciones y los resentimientos. La vida es muy corta para ser infeliz.

La absolución del culpable es la condena del juez.

Siempre sentimos la necesidad de culpar a otros de nuestros daños y desventuras.