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Frases de Confucio

Frases de Confucio

Confucio, fue un pensador y filósofo chino. La filosofía de Confucio se centró en la moral personal y gubernamental, los procedimientos correctos en las relaciones sociales, la justicia y la sinceridad.

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  • Dejar las cosas sin hacer demuestra una carencia de coraje.



  • El que por la mañana ha conseguido conocer la verdad, ya puede dormir por la tarde.



  • Un hombre que tiene un alma hermosa, tiene siempre cosas hermosas que decir; pero un hombre que dice cosas hermosas, no necesariamente tiene el alma hermosa.



  • El más elevado tipo de hombre es el que obra antes de hablar y profesa lo que practica.



  • No hay cosa más fría que un consejo cuya aplicación sea imposible.



  • Gobernar significa rectificar.



  • Estas tres señales distinguen al hombre superior: la virtud, que lo libra de la ansiedad; la sabiduría, que lo libra de la duda; y el valor, que lo libra del miedo.



  • El sabio sabe que ignora.



  • Saber que se sabe lo que se sabe y que no se sabe lo que no se sabe; he aquí el verdadero saber.



  • Los jóvenes y los criados son los más difíciles de manejar. Si los tratáis con familiaridad, se tornan irrespetuosos; si los ponéis a distancia, se resienten.



  • Si quieres ser feliz durante un año, hereda una fortuna. Si quieres ser feliz durante toda la vida, ayuda a otra persona.



  • El equilibrio es el estado perfecto del agua sin gas. Que ese sea nuestro modelo. Permanece en silencio por dentro y no se altera en la superficie.



  • Cuando veas a una buena persona, piensa en volverte como él / ella. Cuando veas a alguien que no sea tan bueno, reflexiona sobre tus propios puntos débiles.



  • Cuanto más medite el hombre sobre los buenos pensamientos, mejor será su mundo y el mundo en general.



  • Sólo el virtuoso es competente para amar u odiar a los hombres.



  • El hombre superior piensa siempre en la virtud; el hombre vulgar piensa en la comodidad.



  • Donde hay satisfacción no hay revoluciones.



  • El hombre superior es persistente en el camino cierto y no sólo persistente.



  • Transmitid la cultura a todo el mundo, sin distinción de razas ni de categorías.



  • Lo único que yo ambiciono y deseo es no caer en la necesidad de vanagloriarme por mis virtudes y por mi inteligencia, y no pregonar mis buenas acciones.



  • Algún dinero evita preocupaciones; mucho, las atrae.



  • Confesar sus defectos cuando son reprendidos, es modestia; descubrirlos a los amigos es ingenuidad y confianza; hacer alarde de ellos sin tiempo y sin ser preguntados, es orgullo.



  • El hombre superior es modesto en el hablar, pero abundante en el obrar.



  • El carpintero hábil no se hace torpe para poder ser imitado por cualquiera de sus ayudantes.



  • El noble no se desentiende de sus semejantes.



  • Un hombre digno debe ayudar a los necesitados, pero no aumentar los bienes de los ricos.



  • Cuando el pueblo es tan numeroso, ¿qué puede hacerse en su bien? Hacerlo rico y feliz. Y cuando sea rico, ¿Qué más puede hacerse por él? Educarlo.



  • Nadie debe comer sin habérselo ganado.



  • Señal es de hombre superior el no aceptar una ociosidad perniciosa.



  • Odia a los que son viles y calumnian a quienes son superiores a ellos; odia a los valientes que no saben de normas de convivencia; odia a los fanáticos atrevidos que son gente estrecha de miras.



  • La cortesía que debe presidir nuestras actuaciones cotidianas se fundamenta principalmente en el respeto y comprensión hacia todos.



  • Cuando las familias individuales han aprendido la bondad, entonces la nación entera ha aprendido la cortesía.



  • El hombre superior es cortés, pero no rastrero; el hombre vulgar es rastrero, pero no cortés.



  • No debemos hablar nunca ni bien ni mal de nosotros mismos: bien, porque no nos creerían, y mal, porque lo creerían fácilmente.



  • El lenguaje artificioso y la conducta aduladora rara vez acompañan a la virtud.



  • El mayor error es sucumbir al abatimiento; todos los demás errores pueden repararse, éste no.



  • La inconstancia y la impaciencia destruyen los más elevados propósitos.



  • No hay lugar en lo más alto de los cielos ni en lo más profundo del océano donde no impere la leymoral.



  • Aquel que gobierna por medio de su excelenciamoral puede compararse a la estrella polar, que permanece en su sitio en tanto todas las demás estrellas se inclinan ante ella.



  • Un pueblo gobernado despóticamente y en el que se mantiene el orden por medio de castigos, puede evitar la infracción de la ley, pero perderá su sentido moral.