Frases de Carlo Dossi

La sonrisa es la belleza, lo que la sal es a los alimentos.

Los locos abren los caminos que más tarde recorren los sabios.

El que duda, piensa.

Con el amor no se juega. Hay muchos que empiezan por broma y terminan quemándose.

En muchas empresas para alcanzar la gloria no importa vencer, basta combatir.

La utopía de un siglo, a menudo se convirtió en la idea vulgar del siglo siguiente.

¿Por qué las personas evitan estar solas? Porque solo unos pocos están en buena compañía cuando se quedan con ellos mismos.

No se llega a gran hombre si no se tiene el coraje de ignorar una infinidad de cosas inútiles.

Quien habla mucho poco piensa.

Creer inteligente al que sabe muchas cosas de memoria es como considerar sabio al que tiene en su casa una gran biblioteca.

Muchas cosas hay de las que creemos no poder prescindir; después, cuando se pierden o se renuncia a su posesión, advertimos que podemos pasar muy bien sin ellas.

En la vida, la mitad es deseo, y la otra mitad, descontento.

La mitad de la vida es deseo, la otra mitad insatisfacción.

La ley es igual para todos los harapientos.

El ingenio está constituido por un tercio de ingenio, un tercio de memoria y el último tercio de voluntad.

Nada vale la ciencia si no se convierte en conciencia.

Tres cuartas partes de la vida social se gastan en cumplidos, felicitaciones y pésames ; cada día nos llegan cartas y tarjetas de visita inútiles que nos obligan a contestaciones más inútiles aún que aquéllas.

Sucede a veces tomarse alguno una fatiga extraordinaria con los libros de teología y filosofía nada más que para llegar a la conclusión de que aquello que, por fin, hemos alcanzado a entender, no valía la pena de entenderlo.