Frases de Boxeo

Los errores los corriges enseguida. Pero los hábitos, debes trabajarlos mucho.

No puedo seguir con esto. No puedo seguir mintiéndome. No voy a seguir arruinando este deporte. Es simplemente mi final. Se terminó.

Busco la inmortalidad y estoy a un paso de ella.

Un héroe es alguien bueno que nunca va a cambiar.

Sí se puede. Se va a poder. Vamos a ganar.

Nada me da miedo. Salgo al ring a demoler y destruir.

Estáis muy igualados. Si quieres ganar debes luchar como un animal.

Se mueve como una mariposa, pero pica como una abeja.

Después del combate yo me fui para mi casa y él para el hospital.

No cuento todas las abdominales que hago. Yo solo cuento las que empiezan a dolerme. Porque esas son las que realmente cuentan. Las que me hacen ser el campeón que soy.

El mayor lujo consiste en poder estar con la familia.

Yo no quiero noquear a mi adversario. Quiero pegarle, alejarme y mirar cómo le duele. Yo quiero su corazón.

La gente me mira todavía como el campeón y eso es muy importante para mí.

Todo lo que me ha pasado en la vida, bueno o malo, siempre ha carecido de término medio.

Sólo en la muerte voy a renunciar a mis cinturones.

Si en tus sueños me golpeas, será mejor que te despiertes y te disculpes.

Es en nuestros sueños y en nuestras aspiraciones donde encontramos nuestras oportunidades.

Tienes tres cosas en tu contra: eres negro, eres zurdo y eres muy bueno.

Cuando le clavé la mirada estaba pensando: «esta noche te voy a matar».

Todo el mundo quiere ser alguien. Lo que has de hacer es darles toda la confianza que puedas. Darle al niño un sueño.

Quienes luchan conmigo nunca vuelven a ser los mismos. Llego a su interior y les hago un daño imborrable.

Lo más importante de ser padre es que te puedes perdonar. Si no te perdonas a ti mismo, no puedes perdonar a tus hijos.

Si yo quiero que Dios me golpee, Dios me golpeará.

Recuerdo que cuando era niño comía una vez al día y a veces dormía en la calle. Nunca me olvidaré de eso y me inspira a luchar duro, mantenerse fuerte y recuerdo a toda la gente de mi país, tratando de logar lo mejor para ellos.

He luchado con caimanes, he peleado con una ballena. He esposado truenos y arrojado rayos a la cárcel. Sabes que soy malo. Justo la semana pasada asesiné una roca, herido una piedra y hospitalizado un ladrillo. Soy tan malo que hago que la medicina se enferme.

Para ser un gran campeón, debes pensar que eres el mejor. Si no lo eres, debes hacer como que lo eres.

Soy veloz. Soy hermoso. Soy el mejor.

Nadie comienza en lo alto. Tienes que trabajar para subir. Algunas montañas son más altas que otras, algunas son más inclinadas. Hay dificultades y retrocesos, pero no puedes dejar que te detengan. Incluso en el camino más inclinado, no debes retroceder. Debes seguir subiendo para llegar a la cima de la montaña, tienes que escalar cada roca.

Vive cada día como si fuera el último, porque algún día así será.

Si miras mi hermosa cara, verás que no hay ninguna cicatriz. Es la prueba de que soy, sin duda, el rey del ring.

La pelea se gana o se pierde lejos de los testigos, detrás de las líneas, en el gimnasio y en el camino; mucho antes de bailar bajo esas luces.

El hombre que carece de imaginación, carece de alas.

No cuento mis abdominales; Sólo empiezo a contar cuando comienza a doler porque son los únicos que cuentan.

Mi gancho de izquierda es más natural que cualquier cosa. Si te acercas a mi, te pegaré con un gancho de izquierda.

Mi vuelo es como el de una mariposa, pero pico como una abeja.

Si te golpea una sola vez, te mandará a dormir durante toda la noche. Y mientras estás en el suelo, esperando a que el árbitro cuente a diez, rezarás para que no tengas que enfrentarte a mí de nuevo.

Mis principios son mucho más importantes que mi dinero o mis títulos.

No pierdes nada cuando luchas por una causa. En mi mente el perdedor es aquel que no tiene nada por lo que luchar.

Lo que me hace seguir adelante son las metas.

El boxeo se trata de un montón de hombres blancos viendo un par de hombres negros darse golpes.