Frases de Ana Frank

Todos vivimos con el objetivo de ser felices; nuestras vidas son diferentes, y aun asà son iguales.
Aquel que es feliz puede hacer dichoso a los demás. Quien no pierde ni el valor ni la confianza, jamás perecerá por la miseria.
Mientras puedas mirar al cielo sin temor, sabrás que eres puro por dentro, y que, pase lo que pase, volverás a ser feliz.
¿Acaso no acabo de decir que no me quiero precipitar? Perdóname, no por nada tengo fama de ser un manojo de contradicciones...
Cada uno tiene dentro de sà mismo algo bueno. La buena noticia es que ¡no sabes lo grande que puede ser! ¡Cuánto puedes amar! ¡Lo que puedes lograr! ¡Y cuál es su potencial!
Desde que la vida empezó, la regla se estableció: ¡Nuestras faltas ignoramos, las del prójimo aumentamos!
El que es feliz hace feliz a los demás, el que tiene valor y fe, nunca estará sumido en la desgracia.
El ser humano puede sentirse solo a pesar del amor de muchos, porque para nadie es realmente el más querido.
En el futuro no le tendré miedo a la verdad, puesto que cuanto más se la pospone, tanto más difÃcil es enfrentarla.
Es realmente una maravilla que no hayan caÃdo todos mis ideales, porque parecen tan absurdos e imposibles de llevar a cabo. Sin embargo, los guardo.
Esta semana he estado leyendo mucho y haciendo poco trabajo. Esa es la manera en que deben ser las cosas. Eso es sin duda el camino hacia el éxito.
He llegado al punto en el que casi no me importa si vivo o muero. El mundo seguirá girando sin mÃ, no puedo hacer nada para cambiar los acontecimientos de todos modos.
La gente siempre seguirá un buen ejemplo; sé el que pone un buen ejemplo, no pasará mucho tiempo antes de que otros lo sigan.
La única manera de conocer verdaderamente una persona es discutir con ellos. Porque cuando discuten en su punto más álgido, revelan su verdadero carácter.
Las mujeres son soldados mucho más valientes y heroicos, que combaten y padecen dolores para preservar a la humanidad, mucho más que tantos libertadores con todas sus bonitas historias...
Las personas que tienen una religión deben estar contentos, porque no todos tienen el don de creer en las cosas del cielo.
Llegará el dÃa en que termine esta horrible guerra y volveremos a ser personas como los demás, y no solamente judÃos.
Nadie se salva. Los enfermos, los ancianos, los niños, los bebés y las mujeres embarazadas marcharon hacia la muerte.
No creo que construir castillos de arena en el aire es una cosa tan terrible de hacer, siempre y cuando no te toman demasiado en serio.
No quiero haber vivido en vano como la mayorÃa de la gente. Quiero ser útil o llevar alegrÃa a la gente, incluso a las que nunca conocÃ. Quiero seguir viviendo incluso tras mi muerte.
Nuestras vidas se forman gracias a nuestras elecciones. Primero hacemos nuestras elecciones. Entonces nuestras decisiones nos hacen a nosotros.
Quienes no escriben no saben lo bonito que es escribir. Antes siempre me lamentaba por no saber dibujar.
Quiero escribir, pero más que eso, quiero llevar a cabo todo tipo de cosas que yacen enterradas profundamente en mi corazón.
Si la gente quisiera, tendrÃan en sus manos el hacer un mundo más grande, más hermoso y mejor, pero se ocupan de cosas superficiales, sin pensar en la belleza real.
Simplemente no puedo construir mis esperanzas en una base de confusión, desgracia y muerte. Pienso que la paz y tranquilidad volverán de nuevo.
Yo sé lo que quiero, tengo un objetivo, una opinión, tengo una religión y amor. Déjame ser yo misma. Sé que soy una mujer, una mujer con fuerza interior y un montón de coraje.
Una persona de cincuenta y cuatro años que todavÃa es tan pedante y de mente pequeña debe serlo por naturaleza y nunca mejorará.
Te amo con un amor tan grande que simplemente no podÃa seguir creciendo en mi interior, pero tuvo que saltar y revelarse en toda su magnitud.
Sólo hay una regla que hay que recordar: ¡se rÃen de todo y luego todos olvidan! Puede sonar egoÃsta, pero en realidad es la única cura para los que sufren de autocompasión.
Siempre y cuando esto exista, este sol y este cielo sin nubes, y siempre que pueda disfrutar de ellos, ¿cómo puedo estar triste?
Sé muy bien que en ese caso el cÃrculo de personas en torno a mà se reducirÃa bastante, pero ¿qué importarÃa que no me quedaran sino unas pocas personas? Pocas, pero sinceras.