Frases de Amos Bronson Alcott

Un verdadero maestro defiende a sus estudiantes de sus propias influencias personales.

Nuestras mejores y más valiosas lecciones no se aprenden a través del éxito, sino a través de un infortunio.

Quedarse es una palabra encantadora en el vocabulario de la amistad.

Fortaléceme simpatizando con mi fuerza, no con mi debilidad.

El enojo es el resentimiento del animal, y sólo la sangre suave hace al caballero.

El verdadero maestro defiende a sus alumnos de su propia influencia.

El triunfo es dulce, pero es aún mejor saber los obstáculos que superaste para conseguirlo.

El verdadero maestro defiende a sus alumnos contra su propia influencia personal. Inspira confianza en sí mismo. Él guía a los ojos de sí mismo al espíritu que le da vida. Él no tendrá discípulos.

Un verdadero maestro defiende a sus alumnos contra sus propias influencias personales.

Un gobierno, para la protección de negocios sólo, no es más que un cadáver, y pronto cae por su propia corrupción y la decadencia.

La prudencia es la huella de la sabiduría.

La desesperación apaga el sol del firmamento.

El verdadero maestro defiende a sus alumnos contra su propia influencia personal.

Cuando uno se vuelve indiferente a las mujeres, a los niños y a los jóvenes, puede saber que está superanuado y que se ha retirado de todo lo que es más dulce y puro en la existencia humana.

Salud, longevidad y belleza, son otros nombres para la pureza personal; y la templanza es el régimen para ello.

El verdadero maestro defiende a sus pupilos contra su propia influencia.

La civilización degrada a muchos para encumbrar a unos pocos.