Quería cambiar el mundo. Pero he descubierto que lo único que uno puede estar seguro de cambiar es a uno mismo.
La conciencia sólo es posible a través del cambio; el cambio sólo es posible a través del movimiento.
El secreto del genio es llevar el espíritu del niño hasta la vejez, lo que significa no perder el entusiasmo nunca.
Casi todos nosotros buscamos la paz y libertad; pero pocos de nosotros tenemos el entusiasmo para tener los pensamientos, sentimientos y acciones que llevan a la paz y felicidad.
El bien de la humanidad debe consistir en que cada uno goce al máximo de la felicidad que pueda, sin disminuir la felicidad de los demás.
Destino acostumbrado de las nuevas verdades es aparecer como herejías y terminar como supersticiones.
Escribir un mal libro representa tanto trabajo como escribir uno bueno. Nace, con igual sinceridad, del alma del autor.
El hecho más sorprendente de la guerra es que las víctimas y sus instrumentos son seres humanos, y que estos seres individuales están condenadas por las convenciones monstruosos de la política de asesinar o ser asesinados en peleas no las propias.
Lo que es absurdo y monstruoso de la guerra es que los hombres que no tienen nada en contra de personal debe ser entrenado para asesinar a uno otro a sangre fría.
El amor ahuyenta el miedo y, recíprocamente el miedo ahuyenta al amor. Y no sólo al amor el miedo expulsa; también a la inteligencia, la bondad, todo pensamiento de belleza y verdad, y sólo queda la desesperación muda; y al final, el miedo llega a expulsar del hombre la humanidad misma.
Una democracia que hace o prepara incluso eficaz para la guerra moderna, científica debe necesariamente dejar de ser democrático. Ningún país puede estar muy bien preparado para la guerra moderna, a menos que se rige por un tirano, a la cabeza de una burocracia altamente capacitado y perfectamente obediente.
Que todos los hombres son iguales es una propuesta a la que, en tiempos normales, ningún ser humano cuerdo jamás haya dado su consentimiento.
En tanto que los hombres adoran los césares y napoleones, Caesars y Napoleón le debidamente surgir y hacerlos miserables.