Frases de Albert Einstein
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El verdadero valor de un ser humano está determinado principalmente por la medida y el sentido en que ha alcanzado la liberación del yo.
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No hay una forma lógica de descubrir estas leyes elementales. Solo existe el camino de la intuición, que es ayudado por un sentimiento por el orden detrás de la apariencia.
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Soy determinista. Como tal, no creo en el libre albedrÃo … Prácticamente, sin embargo, estoy obligado a actuar como si existiera la libertad de la voluntad. Si deseo vivir en una comunidad civilizada, debo actuar como si el hombre fuera un ser responsable.
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No creo en el libre albedrÃo. Las palabras de Schopenhauer: «El hombre puede hacer lo que quiera, pero no puede querer lo que quiere», me acompañan en todas las situaciones a lo largo de mi vida y me reconcilian con las acciones de los demás, incluso si son bastante dolorosas para mÃ.
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Esta conciencia de la falta de libre albedrÃo me impide tomarme a mà mismo y a mis semejantes demasiado en serio como personas que actúan y deciden, y que pierdo los estribos.
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El hambre, el amor, el dolor, y el miedo son algunas de esas fuerzas internas que rigen el instinto del individuo para la autoconservación.
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La polÃtica es un péndulo cuyos cambios entre la anarquÃa y la tiranÃa son alimentados por ilusiones perpetuamente rejuvenecidas.
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El valor de una educación universitaria no es el aprendizaje de muchos hechos, sino la formación de la mente para pensar.
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Todo es energÃa. Coincide con la frecuencia de la realidad que deseas y no podrás evitar obtener esa realidad. No puede ser de otra manera. Esto no es filosofÃa. Esto es fÃsica.
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Realmente me da mucho placer ver la terquedad de un inconformista incorregible aclamado calurosamente.
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En cuestiones de verdad y justicia, no hay diferencia entre los problemas grandes y pequeños, ya que los problemas relacionados con el tratamiento de las personas son todos iguales.
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La mente intuitiva es un don sagrado y la mente racional es un sirviente fiel. Hemos creado una sociedad que honra al sirviente y ha olvidado el regalo.
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La persona que sigue a la multitud normalmente no irá más allá de la multitud. La persona que camina sola probablemente se encontrará en lugares donde nadie ha estado antes.
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Los grandes espÃritus siempre han encontrado la oposición violenta de parte de las mediocridades, las cuales no pueden comprender que alguien no se someta irreflexivamente a los prejuicios hereditarios, sino que haga un uso honesto y valiente de su inteligencia.
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Nada destruye más el respeto por el Gobierno y por la ley de un paÃs que la aprobación de leyes que no pueden ponerse en ejecución.
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La preocupación por el hombre y su seguridad siempre debe ser el interés principal de todos los esfuerzos.
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