Frases de Lucrecio - Es una gran fortuna a un alma para vivir
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Durante la tempestad, cuando los vientos agitan las aguas del mar, es dulce contemplar desde la ribera las duras pruebas del prójimo.
Cuando la mar está gruesa y los vientos agitan las aguas, es agradable contemplar desde la tierra el peligro ajeno.
A nadie se ha dado la vida como una propiedad enajenable; a todos por el contrario se les dio en usufructo.