El orgullo humano y el egoísmo siempre
El orgullo humano y el egoísmo siempre crean divisiones, construyen muros de indiferencia, odio y violencia. El Espíritu Santo, por otro lado, hace que los corazones sean capaces de comprender los idiomas de todos, mientras restablece el puente de comunicación auténtica entre la tierra y el cielo.
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