Aprender a distinguir quién merece una explicación, quién merece solo una respuesta, y quién merece absolutamente nada. — Alexandra Remón
Aprender a distinguir quién merece una explicación, quién merece solo una respuesta, y quién merece absolutamente nada.
Interpretacion
La frase invita a evaluar en cada situación el nivel de energía y atención que merece una persona. Sugiere priorizar claridad para quienes la necesitan, concisión para lo superficial y desapego cuando no vale la pena invertir esfuerzo. Es una guía práctica para gestionar relaciones y límites. Promueve autocuidado y comunicación eficiente.
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frases límites comunicación prioridades relaciones autocuidado sabiduría
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