Una emoción maravillosa para hacer que
Una emoción maravillosa para hacer que las cosas se muevan cuando uno está atrapado es la ira. Fue la ira, más que cualquier otra cosa, lo que me provocó, me impulsó a la productividad y la creatividad.
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El propósito de la vida no es ser feliz, sino importar, ser productivo, ser útil, hacer que marque la diferencia que ha vivido.
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Siempre tuve la incómoda sensación de que si no estaba sentado frente a una computadora escribiendo, estaba perdiendo el tiempo, pero me esforcé por tener una visión más amplia de lo que era ‘productivo’. El tiempo que pasé con mi familia y amigos nunca se desperdició.
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