Tenía que pasar mucho tiempo hasta que
Tenía que pasar mucho tiempo hasta que yo me diera cuenta de que lo que me daban los niños valía más que todo lo que ellos recibían de mí.
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El verdadero valor de un ser humano está determinado principalmente por la medida y el sentido en que ha alcanzado la liberación del yo.
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Un ser humano tiene tantas pieles dentro, cubriendo las profundidades del corazón. Sabemos muchas cosas, ¡pero no nos conocemos a nosotros mismos! Treinta o cuarenta pieles, tan gruesas y duras como las de un buey o un oso, cubren el alma. Ve a tu propio terreno y aprende a conocerte allí.
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Una bestia nunca puede ser tan cruel como un ser humano, tan artísticamente, tan pintorescamente cruel.