Sé que no hay consuelo cuando se trata
Sé que no hay consuelo cuando se trata de la pérdida de un hijo, pero ahora tienes un Ángel en el cielo de Dios que te acompañará por siempre. El solo nos lleva la delantera. Fuerzas para ti y tu familia.
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No puedo imaginarme el dolor tan grande que estás sintiendo en este momento, pero me gustaría estar a tu lado para darte todo mi apoyo y mi fuerza.
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No me atrevo a decir que entiendo tu dolor. Pero me gustaría estar cerca de ti, para ofrecerte toda mi voluntad, mi consuelo, mi afecto y mi amor.
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Si mi abrazo fue lo suficientemente fuerte como para quitarte el dolor, me gustaría no terminarlo nunca.
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Os mando mi más sincero pésame y ojalá el tiempo os enseñe a seguir adelante y a vivir los recuerdos, porque ellos son el mayor impulso al presente. ¡Un fuerte abrazo!