Proverbios de la Biblia
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El temor del Señor es el principio de la sabidurÃa.
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ConfÃa en el Señor con todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia.
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Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas.
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No seas sabio en tu propia opinión; teme al Señor y apártate del mal.
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Honra al Señor con tus bienes y con las primicias de todos tus frutos.
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No te niegues a hacer el bien a quien es debido, cuando esté en tu mano el hacerlo.
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No te jactes del dÃa de mañana, porque no sabes qué dará de sà el dÃa.
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El que anda con sabios, sabio será; mas el que se junta con necios será quebrantado.
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El que guarda su boca guarda su alma; mas el que mucho abre sus labios tendrá calamidad.
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La blanda respuesta quita la ira; mas la palabra áspera hace subir el furor.
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La respuesta amable calma el enojo, pero la agresiva echa leña al fuego.
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Mejor es un bocado seco, y en paz, que casa de contiendas llena de provisiones.
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El amigo ama en todo tiempo; y el hermano nace para el tiempo de angustia.
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Antes del quebrantamiento es la soberbia, y antes de la caÃda la altivez de espÃritu.
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Mejor es humillar el espÃritu con los humildes que repartir despojos con los soberbios
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El corazón del hombre piensa su camino; mas el Señor endereza sus pasos.
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Mejor es adquirir sabidurÃa que oro preciado; y adquirir inteligencia vale más que la plata.
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La sabidurÃa clama en las calles, en los lugares públicos levanta su voz.
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Más vale ser paciente que valiente; más vale dominarse a sà mismo que conquistar ciudades.
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El que encubre sus pecados no prosperará; mas el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia.
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La riqueza adquirida de prisa disminuirá; pero el que recoge lentamente, por esfuerzo, la aumenta.
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Donde no hay visión, el pueblo se extravÃa; pero aquellos que guardan la ley son bendecidos.
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Como perro que vuelve a su vómito, asà es el necio que repite su necedad.
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Asà como el agua refleja el rostro, el corazón del hombre refleja al hombre.
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El que tiene oÃdo para oÃr, que oiga.
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La dádiva del hombre le ensancha el camino y le lleva delante de los grandes.
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Una respuesta suave desvÃa el furor, pero una palabra dura aumenta la ira.
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El alma generosa será prosperada; y el que saciare, él también será saciado.
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Una lengua benigna es árbol de vida; pero la perversidad de ella quebranta el espÃritu.
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El justo aborrece la palabra de mentira; mas el impÃo se hace odioso e infame.
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Mejor es la sabidurÃa que las piedras preciosas, y todo cuanto se puede desear no es de compararse con ella.
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El hombre violento incita a su prójimo, y lo hace andar por caminos que no son buenos.
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La ansiedad en el corazón del hombre lo deprime, pero la buena palabra lo alegra.
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El que guarda su boca y su lengua, su alma guarda de las angustias.
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El camino de los perezosos es como seto de espinos; mas la vereda de los rectos, como una calzada.
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El amor cubre todas las faltas.
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Clama con voz fuerte en las puertas de la ciudad: Dejen su insensatez y vivirán en el camino de la comprensión.
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El que confÃa en su corazón es un necio; mas el que camina en sabidurÃa será librado.
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El que es generoso prosperará; el que reanima será reanimado.
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Mejor es la comida de legumbres donde hay amor, que de ternero cebado donde hay odio.