Los pesimistas son también las personas

El pesimismo nunca ha ganado ninguna batalla.

Un pesimista es un hombre que se ha visto obligado a vivir con un optimista.

El pesimista se queja del viento; el optimista espera que cambie; el realista ajusta las velas.

Sólo quien está dotado de una vitalidad inquieta es susceptible de caer en el pesimismo. Uno se convierte en pesimista -un pesimista demoníaco, elemental, bestial- sólo cuando la vida ha sido derrotada muchas veces en su lucha contra la depresión.

Ya hay suficientes fuerzas negativas en este mundo, no dejes que la voz pesimista que vive dentro de ti se salga con la suya también. Esa voz no es una buena compañera de piso.