Frases de Oliver Wendell Holmes - Las personas que honestamente significan

No hay nada como el cariño de una mujer casada. Es una cosa de que ningún marido tiene la menor idea.

Para alcanzar el puerto debemos navegar, a veces con el viento a favor y otras en contra. Pero no hay que desviarse o acostarse en el ancla.

A través de nuestra gran fortuna, en nuestra juventud nuestros corazones fueron tocados por el fuego. Se le ha dado a nosotros para aprender desde el principio que la vida es una cosa profunda y apasionada.

El follaje ha perdido su frescura a través del mes de agosto, aquí y allá una hoja amarilla se muestra como los primeros cabellos blancos entre las fisuras de una belleza que ha visto una estación de más.

Los hombres no dejan de jugar porque envejecen, sino que envejecen porque dejan de jugar.