La preocupación nunca le ha hecho ningÃ
La preocupación nunca le ha hecho ningún bien a nadie, y es mucho peor que la mera disipación de la energÃa psÃquica, ya que reduce sustancialmente la alegrÃa y la plenitud de la vida.
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Nunca nos arrepentiremos de haber nacido en este tiempo cruel porque lo reconocemos por lo que es: el tiempo de la plenitud del corazón.
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Cuando cada oportunidad que se te da se utiliza para servir a la gente, estás en el camino del propósito de la vida hacia la plenitud.
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Al provenir de nuestra Alma, estamos en la plenitud de nuestro ser- Este es el «jardÃn» del que crecemos.
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Acepta la plenitud en el equilibrio de la vida, que exige que haya regalos positivos junto con la adversidad.