La no conformidad es una meta vacía, y

La no conformidad es una meta vacía, y la rebelión contra la opinión prevaleciente simplemente porque prevalece no debería ser más que alabanza que aquélla. De hecho, a menudo es una máscara para la cobardía, y pocos son más patéticos que aquellos que hacen alarde de las diferencias externas para expiar su rendición interior.
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