La joven marquesa de Rennedon dormÃa aÃ
La joven marquesa de Rennedon dormÃa aún, en su alcoba cerrada y perfumada, en su gran cama agradable y baja, entre sus sábanas de batista ligera, finas como un encaje, acariciantes como un beso; dormÃa sola, tranquila, con el feliz y profundo sueño de las divorciadas.
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