Hay muchos que hablan pero pocos que hac
Hay muchos que hablan pero pocos que hacen. Sin embargo, nadie debe tergiversar la palabra de Dios por su propia negligencia, sino que es mejor confesar tu propia debilidad, sin ocultar la verdad de Dios, para que junto con el incumplimiento de los mandamientos no aparezcas también como culpable de una explicación poco fiable de la palabra de Dios.
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