Frases sobre la Tormenta
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Esto es como la calma de después de la tormenta. Todo se ha asentado, y aunque ha habido destrucción a su paso, sabes que lo peor ya ha terminado.
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Denme la tormenta y la tempestad del pensamiento y la acción, más que la calma chicha de la ignorancia y la fe.
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Pequeña patria mÃa, dulce tormenta, un litoral de amor elevan mis pupilas y la garganta se me llena de silvestre alegrÃa cuando digo patria, obrero, golondrina.
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¡eh gritó will , la gente corre como si ya hubiese llegado la tormenta! ¡llegó, gritó jim, la tormenta somos nosotros!
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¿Saben ustedes que durante una tormenta el león da la cara al viento para que su pelambre no se desordene? Yo hago lo mismo: doy la cara a todos los problemas: es la mejor manera de permanecer peinado.
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En esta tabla de tu Cruz divina saldré de la tormenta del mar fiero con el aliento del vivir postrero, a donde el Norte de su luz me inclina. La nave de mi vida peregrina.
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Si uno fuese a creer todo lo que se ha escrito en este libro, se pasarÃa la mayor parte del tiempo recorriendo los mares, en un desesperante esfuerzo para hurtarle el cuerpo a las tormentas.
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Cuando la fortuna nos muestra una cara más hermosa que nunca, es precisamente cuando se está fraguando la tormenta sobre nuestras cabezas.
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Sobre este muro frÃo me han dejado con la sombra ceñida a la garganta, donde oprime sus brotes de tormenta un canto vivo hasta quebrarse en ascuas.
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Amistad: Barco lo bastante grande como para llevar a dos con buen tiempo, pero a uno sólo en caso de tormenta.
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Oh destino, sé piadoso con la pobre abandonada que sin apoyo, confiada se entrega a merced de ti. De la tormenta bravÃa, del escollo misterioso, lÃbrame, cielo amoroso, lÃbrame, cielo, de mÃ.
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Escucha el agua, escucha la lluvia, escucha la tormenta; esa es tu vida: lÃquido lamento fluyendo entre sombras iguales.
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La vida es lucha y tormento, decepción, amor y sacrificio, atardeceres de oro negro y de tormentas.
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Fragua que en vivo fuego me convierte, de los soplos de amor tan avivada, que aviva mi dolor hasta la muerte. Bravo mar, en el cual mi alma engolfada, con tormenta camina dura y fuerte hasta el puerto y ribera deseada.
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Elásticos de agua mecen la casa marina. Como a tropa la tiran. La tapa del cielo desciende en tormenta ceñida: Su lazo negro vigila. Asoman en la tinta del agua su cabeza estúpida las bestias marinas.
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Encontramos la felicidad luchando en el medio de una rabiosa tormenta, no tocando el laúd a la luz de la luna, o recitando poesÃas en medio de las flores.
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Mi mayor placer es el disfrute de un cielo sereno en medio de estos bosques verdes: me encantan todos los cambios de la Naturaleza, la lluvia, tormenta, y las hermosas nubes del cielo.
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Una tormenta que dura toda una semana. Una oscuridad constante: sólo podemos leer entre relámpagos. Hemos de recordar e ir uniendo lo que leÃmos a relámpagos.
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Dónde miles de aves con las más dulces voces, dónde brama la salvaje tormenta y miles de arroyos se deslizan suaves, allà se forma su concierto poderoso.
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El aire se notaba cada vez más caliente y espeso. Pegajoso, se adherÃa a la piel como una molesta pelÃcula, y traÃa desde la selva el silencio previo a la tormenta. De un momento a otro se abrirÃan las esclusas del cielo.
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Estamos durmiendo sobre un volcán… Un viento de revolución nos golpes, la tormenta está en el horizonte.
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Los pájaros saben que no hay invierno que dure cien años y que, al pasar la tormenta, la primera semilla que brota es el sol.
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Cuando en mis sienes calme la divina tormenta, reclinaré, jugando con tus bucles espesos, sobre tu núbil seno mi frente soñolienta, sonora con el ritmo de tus últimos besos.
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La vida tiene el color y el sabor que uno quiere. La vida es una gota de rocÃo cristalina y hermosa o es una tormenta llena de angustia y confusión.
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Ahora te quiero, como el mar quiere a su agua: desde fuera, por arriba, haciéndose sin parar con ella tormentas, fugas, albergues, descansos, calmas.
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Los amores son vientos necesarios para poner a la gente en movimiento, aunque a veces desencadenan tormentas.
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Si se formara el caos más completo, este tipo se subirÃa a una colina bajo una tormenta de truenos, con una armadura de cobre empapada gritando <<¡Todos los dioses son unos bastardos!