Frases de Divinidad

Divinidad significa desplegar y expresar la vida de nuevas formas. Divinidad significa irradiar paz, dicha y belleza en el mundo, divinidad significa superar las limitaciones de la naturaleza de nuevas formas.

No necesitar nada, es divino, y cuanto menos necesita un hombre, más se acerca a la divinidad.

Los sabios tántricos nos dicen que nuestra inhalación y exhalación en realidad reflejan el gesto creativo de la divinidad. Con la inhalación, atraemos hacia nuestro propio centro, nuestro propio ser. Con la exhalación, nos expandimos hacia el mundo.

Puedes hacer cualquier cosa y todo, incluso sin la guía de nadie. Ponte de pie y expresa la divinidad dentro de ti.

El humanismo y la divinidad son tan complementarios entre sí en el orden de la cultura, como lo son la naturaleza y la gracia en el orden del ser.

Expresas tu propia divinidad estando vivo y amándote a ti mismo y a los demás.

La naturaleza está llena de genio, llena de divinidad.

Creemos en la dignidad de cada vida, la posibilidad de cada mente, la divinidad de cada alma. Este es nuestro verdadero norte.

Tenemos la divinidad de nuestra gran miseria. Y nuestra soledad, con sus penosas ideas, lágrimas y risas, es fatalmente divina.

El amor no tiene contingencias, ni expectativas, ni ideales. El amor es un regalo para ti mismo, la experiencia de la divinidad en plena expresión.

¡Ay, ay, cómo culpan los mortales a los dioses!, pues de nosotros, dicen, proceden los males. Pero también ellos por su estupidez soportan dolores más allá de lo que les corresponde.

A veces, la revelación divina simplemente significa conseguir que tu cerebro oiga lo que tu corazón ya sabe.

Aquel que no puede vivir en sociedad y que en medio de su independencia no tiene necesidades, no puede ser nunca miembro del Estado; es un bruto o un dios.

El modo de ser humano no comporta capacidad de juicio; el divino sí la comporta.

No te ocupes de rendir culto a deidades e instituciones religiosas como fuente de la verdad sutil.

El griego conoció y sintió los horrores y espantos de la existencia: para podervivir tuvo que colocar delante de ellos la resplandeciente criatura onírica de los olímpicos.

No tengo odios y he juzgado y tratado a los hombres siempre por su lado bueno, buscando el rincón que en cada uno de nosotros alberga el soplo divino.

Ningún hombre ha llegado a ser grande si no ha sido movido por cierta divina inspiración.

Filosofía es el conocimiento de las cosas humanas y divinas junto con el deseo de una vida honesta.

El primer paso para sanar consistía en desprenderse de la energía negativa y el resentimiento; necesitaba una historia positiva que la conectara con la totalidad del universo y la luz divina.

La divinidad está en ti, no en conceptos o en libros.

Si el espíritu es un atributo divino, una existencia conforme al espíritu será verdaderamente divina.

Todas las leyes humanas se alimentan de la ley divina.

El pensamiento es un puente que conecta lo humano con lo Divino. Tu cuerpo, tus negocios, tu hogar, son solamente ideas dentro de tu mente.

Dado, pues, que la ley no es nada más que la forma de vida que los hombres se imponen a sí mismos o a otros por algún fin, parece que hay que distinguir ley humana y ley divina.

El universo visible, es decir, la realización o encarnación del pensamiento divino es la causa ocasional de la ciencia.

La poesía es el punto de intersección entre el poder divino y la libertad humana.

Y, al fin declararon que los dioses lo habían querido de este modo. Así olvidaron los hombres que todas las deidades residen en el corazón.

El pueblo, en todas partes, rebaja a sus deidades hasta su propio nivel y las considera meramente como una especie de criaturas humanas, algo más podesas e inteligentes.

Implica con toda seguridad más poder en la Deidad delegar cierto grado de poder en criaturas inferiores, que producir todo por su propia volición inmediata.

Adoremos a los dioses, pero entendamos que la divinidad a la que adoramos está más allá de nuestra comprensión.

La divinidad es, por tanto, absolutamente simple y veraz en palabras y en obras y ni cambia por sí ni engaña a los demás en vigilia ni en sueños con apariciones, palabras o envios de signos.

Si se aspira a que una ciudad se desenvuelva en buen orden, hay que impedir por todos los medios que nadie diga en ella que la divinidad, que es buena, ha sido causante de los males de un mortal.

… Si es que no merecemos ni un dios,ni siquiera uno,ni tan sólo uno que quisiera.

He aquí la única verdad. Somos los peones de la misteriosa partida de ajedrez que juega Alá. Él nos mueve, nos detiene, vuelve a empujarnos, y al final nos arroja, uno a uno a la caja de la nada.

Lo divino ha bajado hasta lo humano, para que el humano pueda ascender hasta lo divino.

Cuanto más humano uno sea, tanto más podrá ser un instrumento de los propósitos divinos.

Haciendo el bien, cultivas la planta divina de la humanidad; creando algo bello; siembras el germen de la divinidad.

El Arte es el sentimiento de las cosas humanas unido al presentimiento de las divinas.

Haz el bien, y así nutrirás la planta de la Humanidad; crea la belleza, y con ello sembrarás la semilla de la Divinidad misma.